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Claves de la primarias: Un triunfo de la renovación y de la moderación

La amplia victoria de Sebastián Sichel y de Gabriel Boric sobre sus rivales que aparecían como favoritos -Joaquín Lavín y Daniel Jadue- representa sobre todo una señal de que los electores apostaron por rostros nuevos y que dentro de sus respectivas coaliciones eran vistos como más cercanos al centro. El resultado, con una participación de más de 3 millones de votantes, es una mala noticia para la eventual candidatura de Yasna Provoste.

  1. Nueva generación. Tanto Sichel (43 años) como Boric (35) pertenecen a una nueva generación, que no ocupó cargos importantes ni durante el régimen de Pinochet ni durante los años de la transición.
  2. Opción por el centro. Sichel tiene una trayectoria política más vinculada al centro, militó durante años en la DC y posteriormente en Ciudadanos, además de ser dueño de una biografía vinculada a la clase media meritocrática, en contraste con Lavín (67), quien votó por el SI, milita en la UDI y es uno de los rostros más tradicionales de la política chilena desde los 90′.
  3. Moderación. Al revés de Jadue (54) -asociado al Partido Comunista y quien optó por una campaña con un discurso agresivo de extrema izquierda- Boric buscó alejarse de un discurso maximalista, marcando diferencias con su contendor en temas como su visión crítica de regímenes dictatoriales de izquierda (Cuba y Nicaragua), las restricciones a la libertad de prensa y no se sumó a los duros epítetos de su adversario al PS.
  4. Derrota estratégica del PC. La derrota de Jadue también puede ser leída como una fuerte derrota estratégica del Partido Comunista, que apostó a radicalizar su discurso y que eso lo capitalizara Jadue para aumentar la representación parlamentaria de la colectividad. Al mismo tiempo el PC también apostó a arrebatarle la hegemonía a otros partidos de izquierda como el PS y a tomar distancia de Unidad Constituyente.
  5. Guiños al PS. El discurso de victoria de Boric contrasta con ese objetivo estratégico del PC, como lo demostraron sus guiños al PS durante la campaña y sus palabras de este domingo en la noche abogando por la unidad de toda la izquierda.
  6. Discurso tardío. Esas diferentes visiones se expresaron también a la hora de reconocer los resultados. Jadue se demoró en admitir su revés -lo hizo más de una hora después de que su derrota estaba clara- y sus palabras a la hora de reconocerla estuvieron centradas sobre todo a las críticas a las divisiones de su sector.
  7. Contraste con Chile Vamos. En Chile Vamos los tres rivales de Sichel admitieron tempranamente sus derrotas y expresaron apoyo incondicional a su candidatura.
  8. Alta participación. Fue un punto importante. En las primarias de Apruebo Dignidad votaron 1.744.422 personas, mientras en Chile Vamos lo hicieron 1.339.755.
  9. Mala noticia para Provoste. La amplia victoria de Boric, con 1. 054.031, no es una buena noticia para la posible candidatura de Yasna Provoste (DC). En primer lugar, porque al mostrar un discurso más unitario de izquierda, Boric puede atraer muchos votos identificados con el PS, debilitando a Unidad Constituyente (Ex-Concertación). Para Provoste y este conglomerado, le era más funcional una victoria de Jadue.
  10. El factor Kast. Por parte de Sichel, su primera tarea será consolidar la unidad de Chile Vamos y evitar que José Antonio Kast trate de encontrar un espacio para lanzar su candidatura en primera vuelta, con el objetivo de ponerle un dique a la dispersión de votos en la derecha en una elección que se anticipa dificil. Se trata de una tarea en todo caso que le corresponderá sobre todo a la UDI.

FUENTE EX-ANTE

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