Con la de hoy serán tres las sesiones que la Cámara de Diputados destinó, al menos parte de ellas, para discutir el proyecto que pretende una muerte digna, texto que surgió a raíz de la propuesta de legalizar la Eutanasia.
En la jornada de este martes, la iniciativa que ingresó al Congreso el año 2014 será votada por la Sala en general y en particular, ya habiéndose terminado el debate el jueves pasado. Para ser despachada al Senado a su segundo trámite requiere de los votos a favor de la mayoría de los presentes y los respaldos no están asegurados.
Esto porque la discusión, como todos los temas valóricos que han tratado los parlamentarios, fue tensa y estuvo marcada por las posiciones absolutamente contrapuestas. Además, las posturas no se dividieron por bloquemos políticos, habiendo opiniones contra puestas en el oficialismo y la oposición.
En la dispusiesen, salieron al tapete testimonios personales e íntimos, posiciones religiosas y reflexiones más filosóficas sobre la vida y la muerte.
En memoria de sus padres
Por ejemplo, los diputados Pepe Auth (ind) y Carlos Abel Jarpa (PR) argumentaron sus posturas recordando lo que ocurrió con sus respectivos padres.
Auth aseguró que votaría a favor “por mi padre que me pidió que lo asistiera para morir, y no pude hacerlo”, dijo explicando que sufrió de cáncer a la próstata.
“Creo que acá está en juego la disyuntiva entre la compasión y la imposición. Entre la capacidad de ponernos en el lugar del otro y aceptar su decisión consciente, reflexionada e informada o imponerle nuestro punto de vista. Es una cuestión de libertad y de derechos. Yo voy a votar a favor, por el principio de libertad, por el principio de compasión y por mi padre”, enfatizó.
Luego fue el turno de Jarpa: “Quiero relatar a ustedes una situación que me tocó vivir hace 40 años. Mi padre, médico de 68 años, fue regidor, alcalde y diputado, sufrió de una leucemia que los últimos meses de su vida que lo hizo estar permanentemente concurriendo a establecimientos hospitalarios”.
Según relató, su padre se enteró que tenía una hemorragia digestiva por lo que nuevamente debía someterse a una cirugía y “en mi familia somos todos médicos y mi hermana enfermera. Mi padre, totalmente consciente, decidió quedarse en la casa y no ir al hospital, y que si había que hacerle alguna transfusión o suero, que lo hicieran en la casa”.
Dos días después de eso, “el 9 de marzo, a las 20 horas, tuvo un cuadro convulsivo y falleció a las pocas horas, el 10 de marzo. Él, como médico, totalmente consciente, decidió no ir al hospital, estaba cansado”, expresó recalcando que “eso quería relatarle a mis colegas, para que sepan que esta ley no obliga a nadie a eliminarse”.
“Se debe luchar por cada vida”
Por su parte, los diputados de Chile Vamos, Cristóbal Urruticoechea (RN) y Sergio Bobadilla (UDI), se manifestaron en contra de la inicitiva
El primero aseguró que de aprobarse esta ley se “va a transformar al personal médico en verdugos. Habrá doctores objetores y otros dispuestos a administrar esta dosis letal”.
“La eutanasia es la matanza de un enfermo”, agregó el parlamentario diciendo que “con la vida humana no hay que terminar, se debe luchar por cada vida”. Por eso, a su juicio, se debe avanzar en “cuidados paliativos garantizados, que certifiquen el acompañamiento, con apoyo a los cuidadores y familiares”.
En la misma línea se expresó Bobadilla, quien aseguró que con este proyecto “estamos consagrando una arquitectura de la muerte promovida en todo el mundo por ideologías de izquierda, y en Chile esta ideología está representada brillantemente por el PC, el Frente Amplio, el PS y, lamentablemente, algunos demócratacristianos”.
“Comenzaron aprobando el aborto en tres causales, y ahora avanzan en forma desquiciada hacia el aborto libre, y rematan en un asesinato. Terminan en un asesinato llamado en forma encubierta como eutanasia”, declaró ante sus pares el gremialistas.
Los casos y la religión
También se expresó el autor del proyecto, diputado Vlado Mirosevic (PL) quien pidió a sus colegas apoyarlo recordando a unas personas que según dijo, murieron esperando una ley de este tipo: “Quiero recordar a Manuel Almeyda, Valentina Maureira y Paula Díaz quienes fallecieron esperando que la sociedad chilena les reconociera el derecho a morir con dignidad. A ellos, nuestras póstumas disculpas, porque no pudimos llegar antes y la sociedad los obligó a sufrir”.
A su parecer “en un Estado laico no es legítimo que se impongan los valores de una minoría, peor aún, los dogmas de una minoría, al resto de la sociedad”.
“Hoy hay una amplísima mayoría en favor de la eutanasia, pero incluso si fuera lo contrario, también daría esta pelea. Porque un dogma, por mayoritario que sea, no se transforma en legítimo. Independiente de la opinión de la mayoría temporal, todo”, dijo agregando que “este debate, al igual que aborto, ha estado acompañado de mentiras”.
Por la vereda de enfrente se expresó ante la Sala la diputada de Renovación Nacional, Ximena Ossandón quien comenzó diciendo que “todo nuestro que hacer como políticos debe estar orientados a mejorar la vida de los ciudadanos. Tratar que todos pasen por esta vida de la mejor forma posible, que la vida no sea un drama. Los que somos cristianos sabemos que somos instrumentos para que los demás vivan lo mejor posible y ayudar a aquellos que no les toca fácil”.
Así anticipó que “yo estoy contra la eutanasia, o muerte digna. Y qué manera de recibir adjetivos calificativos de baja monta hoy. Es curioso los ataques que recibimos los que estamos en contra, porque claramente este es un proyecto con amplio respaldo ciudadano. Valientes los que estamos en contra, estaríamos perdiendo nuestro capital político”.
“Hoy hablamos de muerte digna. Para mi la muerte digna es morir sin dolor y ojalá acompañado de mis seres queridos. Puede que esté desvariando, pero que se diga ‘cada persona vive en su isla y que le libertad personal no afecta a los demás’, es un error. Vivimos en sociedad; nos necesitamos, nuestras libertades se mezclan, se entrecruzan diariamente”, planteó la diputada Ossandón.
FUENTE EMOL
