Durante estos días, el Laboratorio de Biología Molecular de la Universidad de Atacama está cumpliendo un año desde que se puso a disposición de las autoridades de salud para ayudar en el combate de la pandemia.
Con un equipamiento mínimo, los científicos y profesionales -por el mes de marzo del 2020- querían ser un aporte ante la realidad que estábamos viviendo, con una incertidumbre por la situación, pero con la seguridad que desde la academia se podía hacer un esfuerzo.
Esta mañana Nostálgica conversó con el director del Laboratorio de Biología Molecular de la UDA, doctor César Echeverría, quien analizó este primer año de funcionamiento, donde destacó la importancia de esta puesta en marcha.
“Cuando partimos estábamos con mucha incertidumbre, porque en realidad era una enfermedad nueva, a la cual nunca habíamos estado expuestos a una emergencia sanitaria de este tipo, y también teníamos cierto miedos, miedo de contagiarnos y poder enférmanos, pero en realidad eso no nos detuvo, ya que sentíamos que teníamos que cumplir un rol dentro de la sociedad y poder ayudar, ya que en esa época todas las muestras se estaban enviando a Antofagasta y había un retraso de cinco a siete días en el resultado”, indicó el doctor Echeverría.
Pero después de ese primer paso, nunca más se enviaron muestras fuera de la región. En un principio, pensaban que no se pesquisarían más de 100 muestras diarias, pero hoy la realidad es otra: cada jornada los profesionales analizan más de 1000 muestras, incluso –muchas veces- siendo un apoyo a otras regiones del país para llevar a cabo este trabajo.
No solo enfocado en el diagnóstico de casos
Pero la labor del laboratorio de la Universidad de Atacama, no solo se ha basado en hacer los análisis de los exámenes PCR, sino que también han llevado a cabo estudios de genoma, desarrollo de estrategias de testeos, entre otras instancias. En sus pasillos y laboratorios nació -por ejemplo- un hito dentro de la búsqueda de casos: a través de los exámenes de saliva. Con esta estrategia, Atacama fue pionera en la búsqueda activa de casos a través de este tipo de exámenes, dejando los testeos nasofaríngeos para casos más particulares.
Un camino de aprendizajes, donde además el capital humano ha crecido de tres personas en marzo al 2020 a 20 funcionarios en la actualidad, en donde el 70% son mujeres.
Un crecimiento por donde se mire. El equipamiento del año pasado ya ha sido robustecido exponencialmente en estos 12 meses de funcionamiento, y esta ampliación, de acuerdo a los científicos al mando del laboratorio, no pudo haber sido posible sin el compromiso y asociatividad de la academia, el mundo público y privado, los que han sido una piedra angular en el protagonismo que ha tenido en este año de funcionamiento el laboratorio de la Universidad de Atacama, tal como lo explica el doctor René Manríquez, director técnico alterno del Laboratorio de Biología Molecular, quien señala que, “empezamos con un equipo que tenía la universidad, pero solicitamos mayor equipamiento. Empezamos con una sala de extracción para procesar las muestras patógenas, y hoy tenemos siete salas, además tenemos equipos automáticos. Hemos crecido sostenidamente y acorde a lo que nos ha demandado la pandemia”.
