A Hansel Emmanuel le amputaron el brazo tras un accidente cuando tenía seis años.
Le dicen “Kikimita”, pero se llama Hansel Emmanuel. Nació hace 17 años, es de Santo Domingo y tiene el sueño de llegar a la NBA.
Pero es un basquetbolista diferente. Juega y brilla con solo un brazo.
El padre de Hansel Emmanuel, Hansel Salvador, fue basquetbolista profesional y un día fue a disputar un torneo callejero. Su hijo lo acompañó y se puso a jugar con unos amigos. Al niño se le ocurrió trepar un muro de bloques de cemento, pero la pared se resquebrajó y uno de los bloques cayó sobre su brazo izquierdo.
El padre lo intentó socorrer, pero no pudo ayudarlo. “Kikimita” permaneció más de dos horas con el brazo bajo la pared. Cuando llegaron al hospital, los médicos no pudieron salvar la extremidad y amputaron. Tenía seis años.
El mundo del niño estalló. Él quería seguir los pasos de su padre, hacer las mismas jugadas de LeBron James o Kevin Durant, pero le parecía imposible.
“No quería hacer nada. No podía atarme los cordones, no podía tomar un vaso de agua”, declaró hace un tiempo.
Pero poco a poco fue mejorando, tratando de vivir otra vez. Aprendió a desenvolverse solo y luego de un tiempo consideró que era tiempo de retomar el basquetbol.
Hansel Emmanuel otra vez sentía el deseo de ser como su papá. Pero a su padre le daba miedo. Pensaba que podían lastimarlo.
“Temía que pudieran golpearle, que pudiera salir malparado y más cuando empezó a destacar y a jugar con jugadores de más edad y más hechos físicamente”, afirmó.
“Kikimita” practicaba el bote y el lanzamiento con una mano. El progreso fue increíble. Sus videos jugando se hicieron virales en internet y llegaron hasta Moises Michael Cruz, uno de los entrenadores de la Life Christan Academy en Estados Unidos. Lo invitó a que jugara con ellos. Por ese entonces, Hansel Emmanuel tenía 16 años.
“Hay muchos jugadores con dos manos y dos brazos que no pueden hacer todo lo que él está haciendo en la cancha“, aseguró el entrenador.
Hansel Emmanuel mide 1,96 metros. Es explosivo, potente y tiene un excelente manejo de pelota.
En su primer año de instituto registró números excelentes. Promedió 26 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias. El pasado fin de semana, además, ganó un concurso de volcadas en City Palms, en Florida. Ya tiene una oferta para jugar en la prestigiosa liga universitaria de Estados Unidos. Tennessee State, de la máxima división de la NCAA, lo llamó.
“Yo quiero que la gente me vea como un gran jugador, talentoso como muchos. No por mi discapacidad. La discapacidad no es nada, le pasa a cualquiera. Hay que seguir adelante y no rendirse nunca. Nunca mirar atrás. Es difícil recuperarse y es frustrante. Pero Dios y el sueño de ser como mi papá me inspiraron”, expresó.
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Fuente: Emol.com