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Ex ministro Monckeberg: “No sigamos con la historia falsa del sistema de reparto porque eso no soluciona el problema”

A comienzos de septiembre, la ministra de Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, anunció que el Gobierno dividirá la reforma de pensiones en dos etapas. La primera —señaló— estará enfocada en las normas que suban el monto de las pensiones. En esa línea, y hace algunos días, la titular de la cartera sostuvo que el ejecutivo ingresará indicaciones para agilizar la tramitación del proyecto. Las modificaciones tendrán el objetivo de abordar dos ejes que han sido problemáticos para las negociaciones: la división de la industria y la distribución de la cotización adicional del 6%.

Este último punto es el que más ha generado tensión, pues el gobierno propuso, en su último ofrecimiento, destinar un 4% al seguro social y un 2% a las cuentas de cotización individual. Desde la derecha han insistido en que no están de acuerdo. En la DC, en tanto, han manifestado que apuntarán a un 3 y 3%.

El Ejecutivo pretende despachar el proyecto de la Cámara de Diputados al Senado entre octubre y noviembre.

Para comprender la postura de la oposición, Emol conversó con el ex ministro de Trabajo y Previsión Social de Sebastián Piñera, Nicolás Monckeberg, quien señala que la discusión con respecto a la distribución de la cotización individual “a estas alturas parece realmente surrealista”.

¿Cómo considera que el Gobierno haya decidido dividir la reforma previsional en dos etapas? ¿Fue una buena estrategia o cree que será más complejo sacar adelante la iniciativa?

Es una buena estrategia para el gobierno, pero una pésima estrategia para llegar a un acuerdo. Después de 10 meses sin ningún avance, debemos poner todo el foco en aquella parte de la reforma que aumente las pensiones actuales y futuras, esto es, el aumento de cotización del 6% y la PGU. Sin embargo, el Gobierno al condicionar el alza de las pensiones, a formulas complejas de división de la industria que ni ellos pueden explicar, lo único que logran es impedir el acuerdo.

Con esto no quiero decir que no se pueda discutir la división de la industria u otros cambios estructurales, pero hoy no hay ninguna base técnica que demuestre que dicha medida tan importante para el gobierno mejore las pensiones. Es muy curioso que, en lo único que había consenso unánime respecto de la industria referido a sacarle a las AFP el sistema de cobranza, el gobierno lo excluye. Ahí es cuando uno empieza a dudar si les importa más el acuerdo para subir las pensiones que su lucha ideológica para terminar con el sistema actual.

Concretar un seguro de longevidad como una manera de hacer solidaridad con los fondos de pensiones, algo que también fue planteado por RN y es visto con buenos ojos en Evópoli. ¿Es esta una de las llaves para destrabar los nudos y aprobar una reforma de pensiones?

Chile sería el primer país del mundo con un seguro de Longevidad obligatorio. Tiene dos problemas: es algo regresivo y caro, pues no hay instrumentos financieros para que las compañías puedan respaldar su pasivo a 30 años. Sin embargo, si el seguro longevidad es lo que va a permitir llegar a un acuerdo me parece bien y lo apoyo, porque ambos problemas se pueden corregir, por ejemplo, con tasas diferenciadas y a través bonos de longevidad a 30 años.

Insisto en un punto: todo el esfuerzo nuestro debe estar enfocado en estos temas que apuntan a lo verdaderamente importante: incrementar las pensiones de manera sostenible, lo demás es perder el tiempo.

¿Es un “error técnico” como dijo el diputado Frank Sauerbaum la medida del Ejecutivo de crear un estudio respecto de las tasas de reemplazo en el sistema de pensiones y su evolución bajo distintos escenarios? ¿Llega tarde el Gobierno con esta medida a esta altura de las negociaciones?

Es bueno tener un parámetro que nos muestre adonde debemos apuntar, que pensión queremos que reciban los chilenos, pero tenemos que entender que el problema no es solo de tasas de remplazo, pues en Chile los sueldos son muy bajos, la informalidad alta y la subcotización crece. Con estas condiciones, una tasa de reemplazo alta no es garantía de una pensión digna.

Contestando su pregunta, plantear este tema recién ahora, después de 10 meses, demuestra lo pobre de la discusión. El problema de fondo es que el gobierno hizo una reforma ideológica sin base técnica, ni siquiera tuvo apoyo en la mesa técnica que ellos convocaron. Sin embargo creo que aún estamos a tiempo de corregir el rumbo.

Respecto a la distribución de cotización individual. Se conversa por el “4 y 2” o incluso, desde la DC, afirmaron que un “3-3” votarían a favor. ¿Hay apertura para una de estas fórmulas o desde Chile Vamos hay una férrea postura del 6% a cuentas individuales?

Esa discusión a estas alturas parece realmente surrealista. Cuando yo era ministro la izquierda nos acusaba de populistas por proponer que la solidaridad para mejorar las pensiones de las mujeres, de la clase media y los más vulnerables se financiara con fondos fiscales y que el 6% de la cotización adicional se mantuviera en las cuentas de los trabajadores.

Hoy siguen diciendo lo mismo y usan los mismos guarismos pero no se dan cuenta que entremedio destinamos el equivalente a 3,5% puntos de la cotización a mejorar solidariamente las pensiones vía impuestos. Si le hubiéramos hecho caso a la izquierda habríamos logrado las mismas mejoras, pero gastándonos la plata de los trabajadores, en vez de los fondos fiscales.

Lo más conveniente es buscar la solidaridad intrageneracional a través de una fórmula que propusimos de aportes entre las cuentas de ahorro de los trabajadores dirigidas a mejorar las pensiones de las mujeres, evitando crear una administradora estatal que no siempre termina bien. Y para mejorar las pensiones de la clase media, no hay que quitarle ningún peso de sus ahorros porque ya está demostrado que podemos incrementarlas con fondos públicos a partir de un nuevo aumento de la PGU.

No sigamos con la historia falsa del sistema de reparto porque eso no soluciona el problema, solo lo traspasa irresponsablemente. El propio proyecto del gobierno reconoce que los fondos solidarios alcanzaban solo para los mayores de 40 años, es decir, ningún trabajador iba a recibir ningún beneficio porque la plata no alcanzaba.

El Gobierno apuesta por zanjar en noviembre el trámite en la Cámara (previo al plebiscito), ¿ve factible esos plazos y que haya humo blanco hacia el 2024 o es muy optimista por parte del Ejecutivo?

Si el gobierno se concentra en aquellas propuestas para mejorar las pensiones qué es lo que la gente está esperando hace muchos años, sí creo factible un acuerdo en el corto plazo, pero si insiste en profundizar las diferencias ideológicas de su reforma sin sustento técnico, condicionando el aumento de las pensiones a formulas complejas como la división de la industria o monopolios estatales, no avanzaremos nada.

Fuente: Emol.com

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