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EEUU en carrera por recuperar avanzado F-35C que cayó de portaaviones antes que lo reclame China

La Armada de Estados Unidos (US Navy) se encuentra en una carrera contra el tiempo para recuperar un avanzado avión F-35C desde las profundidades del mar del sur de China, luego de que la nave sufriera un accidente al aterrizar y acaba cayendo desde el portaaviones USS Carl Vinson.

El incidente tuvo lugar el lunes recién pasado, luego de que, por razones que se investigan, un piloto impactara contra la pista de aterrizaje de la nave, debiendo eyectarse antes de que su avión cayera a las aguas.

Según reporta la revista especializada NavalNews, el piloto debió ser rescatado del mar mediante un helicóptero y se encuentra estable. Sin embargo, otros 6 marinos que estaban en la cubierta del portaaviones resultaron heridos, tres de ellos de suficiente consideración como para ser evacuados hasta un hospital en Manila, Filipinas, aunque sin riesgo vital.

Ahora la preocupación de la Armada está volcada en recuperar lo antes posible los restos del jet de 100 millones de dólares, cuya tecnología se considera ultra secreta, dado que este cayó en el mar del sur de China, en una zona de 3.3 millones de kilómetros cuadrados que la potencia asiática reclama como suya.

Precisamente, el USS Carl Vinson se encontraba operando en el lugar para mantener una presencia estadounidense que asegure un “Indo-Pacífico abierto y libre”, aseveró la institución militar en un comunicado, sin revelar la ubicación exacta del naufragio.

Una carrera contra China

Según expertos militares consultados por CNN, el mayor temor del Pentágono es que uno de sus mayores rivales se apodere de los restos del avión o pueda extraer de ellos información sobre su tecnología.

“(Es seguro que) China tratará de localizarlo y analizarlo usando sus submarinos y algunos sumergibles de gran profundidad”, señaló a la cadena el exdirector de operaciones del Centro de Inteligencia Conjunta de EEUU en el Pacífico, con sede en Hawái, Carl Schuster.

El profesional aseveró que Pekín incluso podría reclamar como suyo el naufragio, basado en la legislación internacional y acorde a sus reclamaciones territoriales.

“China podría argumentar que se trata de un peligro medioambiental o que se trata de equipo militar extranjero en sus aguas para justificar su derecho a retirar (el avión)”, indicó Schuster.

Sin embargo Collin Koh, investigador adjunto de la escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam de Singapur, cree que el gobierno de Xi Jinping no se atrevería a desafiar tan abiertamente a Estados Unidos.

“(Apoderarse del avión) sería un gran riesgo de aumentar las tensiones con EEUU. Dudo que Pekín tenga el estómago para hacerlo. Sin embargo, sí podemos esperar que China siga con todo detalle cualquier operación para recuperar la nave que realice Washington”, concluyó.

Al parecer tendrán tiempo. Según informa CNN, los barcos de rescate más próximos se encontrarían de 10 a 15 días de navegación hasta la zona, mientras que una operación de recuperación podría tomar hasta 120 días en completarse.

¿Y qué tal destruir el avión con un torpedo o una carga explosiva?

“La pregunta sería entonces, si correrías el riesgo de que pudiera quedar algo de interés para la inteligencia china desparramado por el fondo marino y que ellos pudieran localizar”, sentenció Koh.

El tercer F-35 en caer al mar

Este accidente dista de ser insólito. Recién en noviembre de 2021, un F-35B de despegue vertical operado por la Armada británica, tuvo un problema al iniciar su vuelo desde el portaaviones HMS Queen Elizabeth, cayendo al mar Mediterráneo. El ministerio de Defensa inglés confirmó a comienzos de enero que en diciembre lograron recuperar la nave, preocupados de que la inteligencia rusa pudiera echar un vistazo.

Mientras, en abril de 2019, un F-35A de la Fuerza Aérea de Japón, desapareció del radar y se estrelló en el mar luego de que su piloto reportara problemas técnicos.

En este último caso sólo se hallaron pequeños fragmentos de la nave, debido a que se habría estrellado a toda velocidad contra el océano.

Fuente: BioBioChile

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