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Ante fuerte alza de contagios: Gremios calibran impacto que podría tener retroceder a Fase 2 en ciudades importantes

Una nueva cifra de más de 36 mil contagios diarios reportó ayer sábado el Ministerio de Salud.

Una nueva cifra alta de contagios reportó ayer sábado el Ministerio de Salud en lo que va de la pandemia de covid-19 en el país: fueron más de 36 mil casos en las últimas 24 horas, junto con anotarse un importante número de 63 fallecidos producto del virus y una positividad de 24,3%.

Compleja situación sanitaria que ha venido acompañada de cambios en el plan Paso a Paso. A partir de esta semana, 17 comunas retrocedieron de fase, varias de ellas a Transición (Fase 2) y algunas altamente turísticas como Papudo (en la Región de Valparaíso) y Villarrica (en La Araucanía), las que se suman a comunas como El Quisco, Algarrobo, Pucón y San Pedro de Atacama.

En ese contexto, las posibilidades de que Santiago y otras grandes ciudades del país retrocedan a Fase 2 crecen día a día y, con ello, el temor de sectores como el gastronómico, el comercio y el turismo, dada la importante reducción de aforos que esto implica.

En el comercio, por ejemplo, el aforo en espacio cerrados o abiertos en Transición se limita a 1 persona cada 10 m2, mientras que la atención presencial en restaurantes, cafés o fuentes de soda se reduce a un máximo de dos personas por mesa en espacios cerrados y solo pueden ingresar personas con Pase de Movilidad.

Una situación, dicen desde estos sectores, que afectaría principalmente a ciudades del sur del país, dado que el clima en esa zona impide la atención en espacios abiertos, y en Santiago también habría un impacto importante, considerando que son varios los locales gastronómicos que no cuentan con posibilidad de terrazas.

El ministro de Economía, Lucas Palacios, recordó que antes de que la pandemia se instalara en Chile en marzo de 2020, eran alrededor de 60 mil los restaurantes que funcionaban en el país y les daban trabajo a 300 mil personas. Sin embargo, en el peor momento de la crisis sanitaria, se perdieron 150 mil puestos de trabajo y cerca de 18 restaurantes debieron cerrar.

En 2021, eso sí, comenzó una recuperación progresiva del rubro: pudieron recuperar, según el ministro, el 70% de sus ingresos y el 30,9% de los empleos del sector alojamiento y alimentación. “El rubro se ha ido recuperando”, recalcó.

Sin embargo, aseguró que hoy el problema es que “estamos frente a la ola de Ómicron y los restaurantes pueden funcionar con aforos razonablemente buenos hasta el paso 3. Pero cuando pasan al 2, Transición, definitivamente se ven bastante más restringidos, porque al interior las mesas pueden ocupar un máximo de dos personas siempre con su pase vigente”, señaló ayer el ministro de Economía, Lucas Palacios.

En esa línea, comentó que “para aquellos restaurantes que tienen terraza, significa una disminución de sus ingresos en hasta un 30%. Pero aquellos restaurantes que no tienen terraza, la disminución puede ser mucho más. Ahí podrían existir pérdidas de empleo”.

“La Fase 2 en el caso de los restaurantes tiene un componente que es bastante negativo”, señaló Máximo Picallo, Presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía y es que solo “se permite un máximo de dos personas por mesa, por lo que el aforo de los restaurantes cae en forma importante”.

“Así es que aquellos que no tienen terrazas o terrazas en lugares en que el clima no permite usar permanentemente la terraza, se van a ver sumamente afectados”, subrayó.

En ese sentido, opinó que los lugares que más afectados se van a ver “son aquellos por supuesto que, por clima, sus terrazas no pueden ser usadas en todo momento. Estoy pensando en todos los lugares del sur de Chile o en aquellas ciudades donde hay locales, como la Región Metropolitana, que no tienen opción de terrazas, porque o dan a lugares que no es posible poner mesas en la calle o están en edificios o centros comerciales donde no existen terrazas”.

A su vez, Helen Kouyoumdjian, vicepresidenta ejecutiva de la Federación de Empresas de Turismo (Fedetur), manifestó que “sería complejo” para el sector que grandes ciudades del país entraran a Fase 2, considerando que “aún queda más de un mes para que finalice el verano”.

“Una medida así impactaría el turismo interno en lo que queda del verano, y que en el actual contexto de pandemia es clave, considerando que prácticamente no tenemos turismo receptivo”, dijo. “Esperamos no tener que llegar a esa situación, porque necesitamos funcionar y trabajar”, agregó.

Respecto a las zonas del país donde el turismo podría verse especialmente afectado por esto, Kouyoumdjian señaló que “en cualquier destino siempre es un impacto negativo cualquier restricción, pero el alcance se amplifica cuando se trata de grandes zonas que son parte de circuitos turísticos, como la Región Metropolitana, Viña del Mar, Valparaíso, La Serena, Coquimbo, Valle del Elqui, la ruta de los lagos en Llanquihue, por mencionar algunos, ya que ahí llega un mayor flujo de visitantes”.

Desde el sector comercio, Bernardita Silva, gerenta de estudios de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), comentó que “desde que empezó la pandemia realizamos el termómetro de ventas minoristas y cada vez que se retrocede de fase, estas se ven afectadas”.

“Si bien en este caso, el pasar a fase dos no implica un cierre de los locales, sí implica mayores restricciones de aforos, lo que afectaría principalmente a las tiendas de menor tamaño, las que usualmente tienen menor metraje, justamente en plena temporada escolar donde se produce mayor afluencia de público a los locales comerciales”, agregó.

Lo anterior, continuó, “podría restringir la capacidad de atención, especialmente para los restaurantes, ya que al interior de estos sólo podrían sentarse dos personas por mesa”.

“Creemos que esto podría significar un nuevo golpe para el sector turístico y gastronómico, sobre todo en un período de vacaciones donde aumenta el flujo de turistas y es importante poder funcionar”, acotó Silva.

A su vez, George Lever, gerente de Estudios de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), expuso que “el comercio formal ha demostrado ser un espacio seguro, con protocolos y medidas que minimizan los riesgos de contagio”.

“Cuando se restringen los aforos al interior del comercio seguro se generan aglomeraciones fuera que, sí representan riesgos de transmisión y, al mismo tiempo, se promueve el traslado de los consumidores hacia el comercio informal, donde no existen medidas de protección y aumentan fuertemente los riesgos sanitarios”, dijo.

Fuente: Emol.com

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