Este sábado, la ciudad de Vallenar será testigo de una marcha cargada de dolor, indignación y esperanza. Familiares, vecinos y organizaciones sociales se reunirán para exigir justicia por el femicidio de Felisa Valdés Martínez, ocurrido el pasado 26 de agosto en el sector Buena Esperanza. El principal imputado es su esposo, con quien compartía más de tres décadas de vida en común. La familia denuncia que el crimen fue cometido con extrema violencia y exige que el caso no quede impune ni silenciado.
Miriam Valdés, hermana de Felisa, ha asumido un rol activo en la visibilización del caso, compartió su testimonio con Nostálgica, en medio de la organización de la marcha:
Felisa nunca denunció formalmente violencia intrafamiliar. Según su familia, las discusiones eran vistas como parte de la dinámica matrimonial, sin señales evidentes de agresión física. Sin embargo, su hermana relata que el imputado ejercía un control psicológico constante, manipulando a Felisa y aislándola emocionalmente. La víctima habría callado por años, intentando evitar conflictos y proteger a sus hijos.
La familia también denuncia irregularidades en el proceso judicial inicial. El imputado habría intentado evadir la cárcel simulando trastornos mentales, lo que retrasó su ingreso a prisión. Además, se señala que su entorno político habría influido en el tratamiento del caso, generando preocupación por posibles privilegios.
La marcha comenzará a las 10:30 horas desde la Plaza La Vendimia, frente al supermercado, y avanzará hacia la Plaza Ambrosio O’Higgins. Allí se abrirá un espacio para discursos, expresiones artísticas y testimonios. El objetivo es visibilizar el caso de Felisa y exigir reformas legales que permitan una intervención más efectiva ante denuncias de violencia. En particular, se busca que Carabineros puedan ingresar a domicilios en situaciones de emergencia sin necesidad de autorización judicial, una limitación que, según la familia, impidió actuar a tiempo.
Miriam Valdés mencionó que Felisa dejó dos hijos, de 28 y 18 años, quienes también han recibido apoyo psicológico tras el crimen. La familia continúa con acciones legales, acompañamiento institucional y actividades de memoria. La marcha no solo busca justicia para Felisa, sino también abrir un camino para que ninguna mujer más tenga que callar.