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Transformarnos para seguir cumpliendo nuestra misión

Santiago, 17.04.24. Retratos Liliana Cortés directora social Hogar de Cristo. AGENCIA BLACKOUT

Hace poco, el Hogar de Cristo anunció que comenzará un proceso de cambio institucional. El objetivo es lograr un mayor impacto en la vida de las personas que atendemos y asegurar que la institución siga siendo sostenible económicamente. Esto significa que algunos programas van a cambiar, otros cerrarán, y también habrá una nueva forma de organizarnos internamente, todo esto según un nuevo modelo de atención.

¿Por qué tomamos esta decisión?
Porque seguimos comprometidos, cada día, con acompañar a las cerca de 30 mil personas que pasan por el Hogar de Cristo cada año. Queremos que sus vidas mejoren. Creemos que si mejoramos la calidad de vida de quienes viven en mayor exclusión, todo Chile mejora. Eso es el corazón de lo que hacemos. Las formas de ayudar pueden y deben cambiar.

En los últimos años, la política pública ha avanzado en algunas áreas, con leyes, normativas y servicios para poblaciones de especial protección, pero también han aumentado los problemas: el costo de la vida, la migración a regiones, la dificultad para acceder a servicios sociales, la pobreza en zonas rurales y la violencia en los barrios más vulnerables. Todo esto ha cambiado la realidad social del país, y nos exige adaptarnos.

No estamos en crisis financiera, pero sí enfrentamos decisiones difíciles. Para que el Hogar de Cristo pueda seguir trabajando en los próximos años, tenemos que actuar ahora.

Por eso, vamos a fortalecer nuestra presencia en los territorios más necesitados con servicios más personalizados, como atención en los hogares y programas ambulatorios. También vamos a transformar algunas hospederías y residencias grandes, y apoyaremos proyectos comunitarios en zonas muy vulnerables.

Parte del cambio incluye cerrar programas en comunas donde ya hay otras instituciones que pueden hacerse cargo, asegurando siempre que las personas sigan recibiendo la atención que necesitan. Seguiremos comprometidos con quienes más lo necesitan, procurando que nadie quede sin apoyo.

Sabemos que estos cambios afectan tanto a nuestros trabajadores y trabajadoras como a las personas que atendemos. Por eso, el proceso será gradual e incluirá apoyo, información y contención para todos los involucrados.

En el Hogar de Cristo estamos convencidos de que, para acabar con la pobreza y mejorar la vida de las personas, es clave que las instituciones sociales se adapten a los cambios. Y eso significa tomar decisiones responsables, aunque sean difíciles, para asegurar que podamos seguir cumpliendo nuestra misión en el futuro. Esa es la base de este proceso de transformación.

Por Liliana Cortés, directora social nacional Hogar de Cristo

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