Con emoción y gratitud culminó una nueva versión del taller de tenis de mesa en la Escuela Carlos María Sayago de El Palomar, una iniciativa que ha crecido con fuerza en el corazón de Copiapó y que lleva años forjando una verdadera cuna de talentos infantiles.
Este taller no solo reúne a niños y niñas, sino que también integra a menores con Trastorno del Espectro Autista (TEA), apostando por la inclusión real y efectiva a través del deporte. Con dedicación, amor y vocación, profesores y monitores han demostrado que el tenis de mesa puede ser una herramienta transformadora.
La escuela, reconocida como un espacio de iniciación y formación, ha sido testigo del desarrollo deportivo de muchos alumnos que, con el tiempo y el trabajo constante, llegan a participar en campeonatos mensuales organizados por la propia institución. Gracias a estas competencias, niños y niñas han sido detectados por el equipo del Área de Alto Rendimiento del IND, lo que les ha abierto puertas para representar a la Región de Atacama en diversos rincones del país, con nuevas indumentarias, paletas profesionales y, sobre todo, con mucho orgullo.
Nada de esto sería posible sin la solidaridad de tantas personas y empresas que, año tras año, dicen presente. El proyecto se mantiene sin fondos estatales, sustentado únicamente por el corazón generoso de quienes creen en el poder del deporte como motor social. En este sentido, los aportes de comerciantes, constructoras, empresas mineras y vecinos han sido claves para sacar adelante cada campeonato, cada taller, y cada actividad con sentido, como la ya tradicional “Pimpotón” que se realiza en la Plaza de Armas durante la Teletón.
Porque cuando hay voluntad, pasión y comunidad, los sueños se hacen realidad.