Según datos de Conaset, este año 1.122 personas han perdido la vida en siniestros viales, lo que representa un aumento de 4,8% respecto de 2024. Sin embargo, a nadie parece interesarle esta pandemia silenciosa que rara vez ocupa un lugar central en la agenda pública: la seguridad vial.
El costo económico anual de los siniestros viales fluctúa en torno al 2% del PIB, lo que equivale a más de 6.000 millones de dólares. Por eso, presupuestar un recorte de más de 200 millones en la partida de Vialidad resulta incomprensible. Además, preocupa que ningún candidato se haya referido a esta problemática, ni que haya surgido como una prioridad en la discusión presupuestaria del próximo año.
La mantención, mejoramiento y ampliación de la infraestructura vial son claves no solo para reducir el costo país, sino también para proteger la vida de todos los chilenos y chilenas.
Por Carlos Larravide, Gerente General, Automóvil Club de Chile