La alta demanda y la presión en el sector automotriz no ceden. Es tanto así, que la inusitada demanda que estamos teniendo en el país, incluso, ha sido destacada por Bloomberg, indicando que quienes quieren comprar un auto nuevo hoy tendrán que esperar hasta trece meses para su entrega.
Esto no solo se ha dado por la creciente búsqueda de un transporte propio por parte de las personas para evitar eventuales contagios de Covid-19, sino que también producto de una explosión de aplicaciones de movilización y delivery.
Un impacto importante ha tenido un aumento en la liquidez, principalmente debido a los tres retiros de los fondos de pensiones, que ha llevado que la demanda por bienes durables haya aumentado un 130% en el último año según el Informe de Política Monetaria del Banco Central.
Este contexto ha puesto una presión permanente en la industria motor, y que según las últimas proyecciones de CAVEM, este año podríamos cerrar con 1,3 millones de unidades vendidas, mientras que los vehículos cero kilómetros rondaría en las 405 mil.
Si comparamos entre los usados y los nuevos, se puede ver que el tiempo de espera es uno de los elementos que más influye en el crecimiento de precios que se está viendo en el segmento de usados. Es por eso que en este año hemos tenido una variación significativa, donde el peak de los precios en Macal lo vimos en agosto, con una variación del 60%, especialmente en algunas categorías como camionetas, SUV y city cars.
Es así como vemos una alta necesidad de adquirir autos, donde la clave ahora es saber elegir dónde y cuál es el estado, si cuentan con los papeles al día, o si cuentan con alguna garantía de satisfacción, que permita hacer una comprasegura y protegida, teniendo la tranquilidad de poder devolver o anular la compra sin repercusiones.
Por otro lado, se muestra la consolidación de la digitalización a la hora de hacer estas compras, donde las plataformas como la nuestra ganan fuerza. El año pasado, algunos tuvieron la suerte de ya estar en un proceso fuerte de digitalización de sus negocios, perootros, tuvieron que subirse al carro para mantenerse a flote.
Por:Claudia Aspe, subgerente de marketing Macal
