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Prófugo por abuso de menor, marginado y con su popularidad al mínimo: Evo Morales en su peor hora

Referente de la izquierda latinoamericana, el dirigente aimara de 65 años gobernó este país de 11,3 millones de habitantes en tres ocasiones entre 2006 y 2019.

En las elecciones generales de este domingo aspiraba a un cuarto mandato, pero las leyes locales determinan que sólo está permitido una reelección. Evo no aceptó la norma y se enfrentó al gobierno y a su propio partido en reclamo de una reelección indefinida, que no logró.

Pelea y fragmentación

La pelea interna dividió al Movimiento al Socialismo y terminó enfrentando a Arce y al arco más importante del partido. Sólo mantuvo el apoyo de su gente de El Alto y de los productores cocaleros de Cochabamba.

Morales encabezó violentas protestas y bloqueos de rutas contra Arce, a quien acusó de excluirlo de la carrera electoral en complot con los jueces. Las manifestaciones y marchas provocaron un caos social y escasez de productos.

Al ver que las protestas creaban más rechazo en la gente, las fue levantando de a poco. Ahora, como rechazo a las elecciones, decidió hacer campaña por el voto “nulo”. “Nosotros no vamos a dar legitimidad a esa elección amañada”, dijo.

Evo Morales ostentó un liderazgo muy significativo, “pero lastimosamente no tuvo la mirada estratégica del repliegue en el momento oportuno”, explica el sociólogo Juan Carlos Núñez, del centro de investigación Fundación Jubileo.

Su lucha con Arce minó las posibilidades de la izquierda en estas elecciones. El oficialista Eduardo del Castillo y el jefe del Senado Andrónico Rodríguez, distanciado del gobierno, aparecen muy rezagados en las encuestas.

Aunque Morales “está manchando su legado por querer regresar siempre” al poder, aún goza de una lealtad ciega en algunos sectores, explica el internacionalista Pablo Calderón, profesor de la Northeastern University de Londres.

“Es una figura tan grande en Bolivia que siempre va a tener sus seguidores, que le son fieles sin importar lo que pase. Y eso siempre es peligroso, es un culto a la personalidad”, sostiene Calderón.

La causa en su contra

El exmandatario está acusado de presunto abuso sexual de una menor. La fiscalía sostiene que mantuvo en 2015 una relación con una adolescente de 15 años, con quien tuvo una hija un año más tarde.

En 2019 fue investigado por estupro (relación sexual con menores entre 14 y 18 años), pero el caso se archivó en 2020. En 2024, se inició una nueva investigación en Tarija, aunque esta vez por trata de personas.

La acusación denuncia que Morales habría otorgado beneficios a los padres de la menor, quien formaba parte de la “guardia juvenil” del partido oficialista, a cambio de su compañía.

El exmandatario, de 65 años, fue convocado a declarar, pero no se ha presentado hasta ahora ante la fiscalía. Por ese motivo enfrenta una orden de detención. Desde que comenzó la investigación en su contra, el exmandatario se refugió en su feudo cocalero en El Chapare, centro de Bolivia, donde recibe la protección de sus bases.

Ahora está en una situación mucho más delicada, porque los candidatos de derecha, favoritos en estos comicios presidenciales, prometen arrestarlo si ganan.

Morales asegura que no dejará el país, como circuló en algunos medios. “No me voy a escapar”, afirma. “Me voy a defender, no me voy a ir. Dicen por ahí que ‘se va a escapar a Cuba’. No me voy a escapar”, remarca el dirigente cocalero y expresidente.

Fuente: biobiochile.cl

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