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¿Presencialidad o flexibilidad? el nuevo dilema del mundo laboral

Algunas empresas apuestan por el regreso a la oficina, otras consolidan modelos híbridos o totalmente remotos. ¿Cuál es el camino más productivo y sostenible?


 A nivel global y de un momento a otro, el mundo laboral cambió su modelo debido a la pandemia, pasando de la total presencialidad a un esquema mayormente remoto. Con el paso del tiempo, comenzó a implementarse el modelo híbrido, el preferido por los colaboradores, dado que la flexibilidad es uno de los atributos más valorados por las nuevas generaciones.

Hoy las empresas se dividen entre volver a las oficinas tradicionales y adaptarse a esquemas más dinámicos, que priorizan el trabajo remoto o híbrido. Pero ¿cuál esquema es mejor?… todo depende del punto de vista de donde se analice.

Una de las ventajas de la presencialidad es que fortalece la cultura corporativa y la conexión entre equipos; mejora la comunicación informal/colaboración inmediata; y facilita la supervisión directa y la capacitación de nuevos empleados. Sin embargo, por otro lado implica mayor tiempo y costo de traslados, además de un menor equilibrio entre la vida laboral y personal.

Por su parte, el trabajo remoto o híbrido sin duda aumenta la satisfacción laboral y la retención de talento, favorece la productividad en tareas que requieren concentración, y reduce costos operativos para la empresa y el colaborador; encontrándose entre sus desventajas el riesgo de aislamiento y pérdida de sentido de pertenencia, y la mayor dificultad para coordinar equipos y control de resultados.

Según el estudio “Retos y perspectivas del trabajo: revelando las claves de la evolución laboral”, llevado a cabo en 2024 por WeWork y Michel Page en cinco países latinoamericanos, en Chile el 76% de los trabajadores desempeñan sus labores bajo el modelo híbrido, aumento importante respecto al 15% que había en 2020; y el 54% de los encuestados admitió sentir -alguna forma- de frustración en su trabajo, siendo una de las principales preocupaciones la falta de flexibilidad, los salarios y la toma de decisiones. 

En este contexto, desde WeWork -líder mundial en espacios flexibles- señalan que aunque existe claridad en torno a los beneficios del trabajo presencial -como la comunicación cara a cara-, no se debe perder de vista la sostenibilidad en el largo plazo y la preferencias de los mismos trabajadores.

“Con el modelo de trabajo híbrido los colaboradores pueden tener un mayor control sobre su tiempo y su entorno laboral, lo que trae múltiples beneficios como la reducción del estrés y mejora el bienestar emocional. Por otro lado, la opción de trabajar desde casa significa ahorro de tiempo y dinero en desplazamientos, lo que lleva a una mejor calidad de vida en general”, sostiene Romina Diepa, People Partner Manager de WeWork LATAM.

En síntesis, para la empresa el modelo híbrido podría ser una buena alternativa, ya que combina lo mejor de ambos mundos; para el colaborador, la flexibilidad suele ser más valorada (algunos prefieren la rutina de la oficina); y para el negocio, depende de los objetivos, si es eficiencia y foco, lo remoto se vislumbra como los más conveniente.

“La clave no está en elegir entre presencialidad o flexibilidad, sino en encontrar un equilibrio que combine productividad con bienestar”, concluye Diepa.

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