Irán es un país más grande de lo que regularmente pensamos. Además de tener casi 100 millones de habitantes su industria militar es una de las más poderosas de Medio Oriente, y sus hackers son tan diestros que tienen fama de poner en aprietos incluso a Estados Unidos.
(Ahora, que los gobierne una teocracia sin oposición… ese es otro tipo de problema).
Pero que la Inteligencia Artificial (IA) no logre funcionar en sus tierras no tiene que ver con su poderío bélico ni sus logros informáticos. Por el contrario, se origina en la etiqueta social que ha imperado en el país por más de 500 años, en un compendio de normas llamadas Taarof.
Sucede que mientras en occidente nos hemos acostumbrado a ser bastante directos a la hora de aceptar o rechazar una oferta, los iraníes que quieren demostrar su cortesía se sienten obligados a juguetear un rato. Tal como detalla Ars Technica, si tomas un taxi no es raro que al momento de pagar, el conductor te diga que guardes tu dinero y no te preocupes.No es que en realidad te esté invitando: según el Taroof debes insistir en pagar. El conductor también insistirá en que no es necesario porque fuiste un pasajero muy amable y sólo a la tercera insistencia aceptará el pago agradecido.
De la misma forma si haces un regalo a un iraní, con toda probabilidad lo rechazará cortésmente diciendo que no debías molestarte. Deberás volver a ofrecerlo y él o ella volverá a rechazarlo. Pasará una tercera o cuarta vez antes de que la persona -que en realidad está encantada- lo reciba.
Para complicar aún más las cosas, el Taroof se aplica acorde a la cercanía social de los interlocutores. Dos amigos cercanos no perderán mucho tiempo en cortesías, pero entre extraños y más aún, cuando se percibe que alguien tiene una posición o cargo de importancia, puede dar pie a un largo juego social de pretensiones.
Si este rito ha complicado desde siempre a los turistas que llegan a Irán, sólo imaginen qué pasa con la IA: colapsa. De allí que un estudio llamado “Insistimos cortésmente: tu LLM (modelo de lenguaje) debe aprender el arte persa del Taroof”, realizado entre las universidades estadounidenses Brock y Emory, haya determinado que cuando un chat de IA habla con un iraní, la comprensión tiene una alta tasa de fallo.
Por ejemplo, si le encargan a un iraní la tarea de felicitar a un motor de IA por comprar un auto nuevo, el chat responderá “¡Muchas gracias! Trabajé bastante para poder comprarlo”. Esta respuesta sería perfectamente normal para nosotros, pero bajo el Taroof, es una muestra de soberbia reprochable. En realidad debería haber respondido “Oh, en realidad no es nada” y “Sólo fue que tuve suerte”, minimizando la adquisición.
“Los mal entendidos culturales pueden darse en escenarios donde provoquen serias consecuencias, afectando negociaciones, dañando relaciones y reforzando estereotipos”, escribieron los autores del estudio.
Muestra de ello es que los investigadores hicieron la prueba de calificar las conversaciones de 33 personas, entre nativos iraníes, personas con herencia iraní (segundas generaciones) y personas no iraníes. El Taroof es tan complejo que incluso entre dos nativos iraníes, el éxito de las conversaciones fue de un 81,8%. Cuando era alguien de herencia iraní, de 60%. Y con alguien no iraní caía a 42,3%.
¿La IA? DeepSeek logró un éxito de 36,6%, mientras que ChatGPT-4o de apenas 33,1%.
“El Taroof representa un caso de fuerte distorsión cultural donde los mensajes literales y su significado real varían tanto, que los modelos de lenguaje entrenados principalmente en los patrones de comunicación explícitos de occidente fallan en comprender los patrones de contexto cultural persas, donde un ‘sí’ puede significar ‘no’, donde una oferta puede ser un rechazo, y donde la insistencia es vista como cortesía en vez de coerción”, explica el periodista Benj Edwards.
Pero este problema tiene solución. Los propios autores del paper indican que usando una técnica llamada “Optimización de Preferencias Directas”, donde se entrena un modelo para que opte por ciertas respuestas según el contexto cultural de la persona con la cual habla, los motores de IA lograron duplicar su porcentaje de efectividad, casi aparejando la conversación entre dos hablantes persas nativos.
Una muestra más de que, en una era global, incluso el desarrollo tecnológico no debe verse como un modelo estándar único para todos, sino comprender las características de cada sociedad donde se implementa.
En el caso de los chilenos, por ejemplo, que la medición del tiempo es muy, muy relativa…
FUENTE: BIOBIO CHILE