Uwe Rohwedder
Decano Facultad de Ingeniería y Arquitectura, U. Central
Si bien parece retroceder en el tiempo para la calidad de vida, hay momentos en que hacerlo puede ser una solución. Me refiero con esto, que revisadas todas las circunstancias y problemas derivadas de una débil implementación y cuidado de un proyecto que parecía ser un espacio ganado para una ciudad más caminable, hoy, parece viable y con cierta lógica el devolver el espacio a la locomoción colectiva. Da algo de pudor decirlo, pero se debe confrontar con la realidad, si un espacio no logra auto cuidarse, si la seguridad debe priorizarse en otros espacios públicos y considerando la gran inversión que significa el proyecto Alameda que, si incorpora áreas verdes, arbolados, inclusión y ciclovías entre otros, se puede entender que volver al origen con el paso bajo nivel del ahora Paseo Bandera.
No parece entonces descartable, en bien del transporte público, devolver el carácter original y aprovechar los murales y el arte urbano realizado por artistas que sean observados desde un bus a una velocidad regulada. El hito de pasar por debajo de la Alameda por Bandera vuelva a conectar mejor este eje transversal. La continuidad de San Diego hacia el norte parece razonable para el transporte público eléctrico, por ejemplo.
Como tener mas empatía con quienes toman las decisiones y siempre tener la capacidad de evaluar la mejor opción nos lleva a la consulta pública y participación ciudadana. Eso sí, hay que ser claros, lo que hoy presenta el paseo esta muy lejos de ser lo que se prometió hace algunos años. Algo ocurre en general con los pasos bajo nivel que son catalizadores de malas prácticas y se pierde fácilmente el control sobre ellos.