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(Opinión) Hipertensión Arterial, el asesino silencioso

Por Mónica Villa Castro
Académica Formación Transversal en Salud, U.Central

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) representan la principal causa de muerte en nuestro país. El año 2023, estas patologías fueron responsables de cerca del 30% de las defunciones a nivel nacional. En Chile y en el mundo, el principal factor de riesgo para estas enfermedades es la hipertensión arterial (HTA).

La importancia de esta situación llevó a que la OMS, en septiembre del año pasado, publicara los resultados epidemiológicos de un estudio sobre la situación mundial y nacional de la HTA. Este estudio reveló que, en Chile, la prevalencia de HTA está en aumento, alcanzando un 36% en nuestra población, superando la media mundial. Estos datos nos colocan en una posición desafiante en términos de salud cardiovascular.

La hipertensión arterial se conoce como el “asesino silencioso” debido a sus manifestaciones clínicas mínimas o imperceptibles, lo que explicaría en parte por que el 30% de las personas hipertensas en Chile desconocen que padecen esta enfermedad. Así como también porque únicamente el 56% de las personas diagnosticadas están en tratamiento, o lo que es aún más preocupante, porque sólo el 34% de estas personas tienen controlada su presión arterial. Detrás de estos números, hay un aumento del gasto público asociado al tratamiento de esta patología y las enfermedades relacionadas con ella, y lo que aún es más alarmante, es que detrás de estos datos hay miles de vidas en riesgo y un impacto devastador a corto, mediano y largo plazo si no se aborda adecuadamente esta problemática.

En el ámbito de la salud pública, el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado son fundamentales en la lucha contra la hipertensión arterial. Por esta razón, el gobierno de nuestro país se unió en 2019 al protocolo Hearts de la OPS, que busca promover prácticas sencillas y estandarizadas a nivel de centros de salud primaria para lograr un diagnóstico rápido, una evaluación inmediata del riesgo cardiovascular y establecer un tratamiento al momento del diagnóstico. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, las cifras de hipertensión han seguido en aumento. Esto podría deberse en parte a que el sistema de salud aún no es capaz de garantizar un acceso equitativo a la atención primaria para todos y todas, independientemente de su situación económica o geográfica, aunque se hacen continuos esfuerzos para que así sea. Por otraparte, el problema radica también en la falta de conciencia de la población sobre los riesgos y la importancia de los controles regulares de la presión arterial.

Abordar la hipertensión arterial en Chile implica más que la implementación de políticas y programas de mejora de la atención médica. También involucra educar a la población sobre salud y autocuidado en todas las etapas de su vida, fomentando la adopción de medidas de prevención y control de esta patología. A su vez, es crucial realizar campañas de manera continua que promuevan hábitos de vida saludables y controles preventivos en la sociedad nacional. En línea con este último punto, la OMS estableció este año el eslogan “Controla tu presión arterial para vivir más y mejor” en el marco del Día Mundial de la Hipertensión.

En conclusión, la hipertensión arterial en Chile no puede ser subestimada ni pasada por alto. Es hora de que enfrentemos este desafío tanto de la perspectiva de la política pública como de la educación de la población, con el fin de asegurar que todos y todas tengan la oportunidad de vivir una vida sin los riesgos asociados a esta enfermedad.

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