La detección se produjo el lunes 14 de julio, luego de que el personal notara un “olor inusual” que no coincidía con el de un paquete declarado como carga de galletas.
La detección se produjo el lunes 14 de julio, luego de que el personal notara un “olor inusual” que no coincidía con el de un paquete declarado como carga de galletas.
La detección se produjo el lunes 14 de julio, luego de que el personal notara un “olor inusual” que no coincidía con el de un paquete declarado como carga de galletas, con un peso total de siete kilos. La sospecha llevó a los funcionarios a revisar el envío, el cual tenía como origen Vietnam.
Tras abrirlo, constataron que los recipientes plásticos contenían miles de arañas. En ese contexto, Jens Ahland, portavoz de la oficina de Aduanas de Colonia, se refirió al hallazgo y explicó: “Mis colegas en el aeropuerto están acostumbrados a sorprenderse por el contenido de paquetes prohibidos provenientes de todo el mundo (…) Pero encontrar unas 1.500 pequeñas tarántulas en recipientes plásticos dentro de este paquete dejó sin palabras incluso a los más experimentados”.
Ahland también expresó su indignación frente al uso de animales con fines comerciales, señalando que “ver lo que algunas personas son capaces de hacer con los animales, solo por lucro”.
El viaje prolongado tuvo consecuencias para parte de los ejemplares, que no lograron sobrevivir. Actualmente, se investiga una posible infracción a la legislación sobre protección animal en Alemania, mientras que las arañas que siguen con vida quedaron bajo el resguardo de un especialista.
Paralelamente, se ha iniciado una causa penal contra el destinatario del envío, residente en la región de Sauerland. Entre las infracciones que se le atribuyen están la falta de pago de aranceles de importación y la omisión en la declaración correspondiente ante Aduanas.