Duras críticas cruzadas entre las comunidades Collas han surgido tras el anuncio de la posible explotación de litio en el Salar de Maricunga, lo que ha provocado que las antiguas alianzas se transformaron en desconfianza y acusaciones por dinero, liderazgo y medioambiente.
A fines de los años noventa y comienzos de los dos mil, un grupo de personas comenzó a manifestarse con frecuencia frente a la ex Intendencia Regional de Atacama, quienes se presentaban como integrantes del pueblo Colla y exigían el reconocimiento de sus derechos ancestrales.
Con el paso del tiempo, aquel movimiento logró su reconocimiento legal, consolidándose en diversas comunidades ubicadas en la parte alta de Copiapó, Diego de Almagro, Tierra Amarilla y el sector de San Pedro.
Entre los nombres más conocidos de esa primera etapa estaban Óscar “Pacho” González, Ercilia Araya, Candelaria Cardozo, Dominga Suárez y Zoilo Gerónimo, quienes representaron las primeras voces organizadas del pueblo Colla.
Sin embargo, las diferencias económicas y territoriales que surgieron con los años, especialmente tras los acuerdos con empresas mineras y la entrega de terrenos por parte de Bienes Nacionales, fueron sembrando divisiones internas que hoy se han agudizado.
El litio de Maricunga
Hace unos días, un medio online publicó una nota en la que Ercilia Araya, dirigenta de la comunidad Pai Ote, junto a su asesor jurídico Ariel León, manifestaron su molestia por la forma en que una empresa minera pretende distribuir las utilidades derivadas de la eventual extracción de litio en el Salar de Maricunga.
El artículo desencadenó una ola de reacciones en redes sociales y grupos comunitarios, donde dirigentes de otras comunidades expresaron su indignación por lo que calificaron como un “apropiamiento de la representación del pueblo Colla” por parte de Araya.
Según algunos de esos comentarios, la dirigenta habría lucrado personalmente con su posición, siendo incluso acusada de recibir terrenos por parte de una empresa minera, los que habrían sido entregados bajo presiones ejercidas a nombre de todo el pueblo Colla.
Críticas desde dentro
Una de las voces más duras provino de la ex vicepresidenta de la Convención Constitucional, integrante del pueblo Colla y dirigenta de la comunidad Flora Normilla, Isabel Godoy Monárdez, quien en los comentarios de la publicación acusó a Araya de haber generado la división actual dentro del pueblo Colla.
“Ercilia Araya siempre ha lucrado de manera personal. Es la responsable de la fragmentación que vivimos hoy”, señaló Godoy, quien actualmente se encuentra en Venezuela participando de un encuentro indígena organizado por el Gobierno de Nicolás Maduro.
Dinero, poder y falta de transparencia
Fuentes pertenecientes a distintas comunidades, que solicitaron mantener reserva de su identidad, afirmaron que no existe claridad sobre los recursos que cada agrupación recibe, y que, en el caso de Araya, habría constituido empresas para ofrecer servicios mineros, generando ingresos que alcanzarían varios cientos de millones de pesos al año.
Estos antecedentes profundizan la desconfianza entre las comunidades Collas, principalmente las de la comuna de Copiapó y que hace dos décadas compartían un mismo propósito: el reconocimiento y la defensa de sus derechos.
Cindy Quevedo de la comunidad Finca del Chañar, expuso que hasta ahora Araya no ha contribuido al Pueblo Colla, “Solo nos ha dividido ya es hora que la gente y las autoridades dejen de avalarla como una figura representativa de nuestro pueblo”.
Del reconocimiento a la fragmentación
A más de veinte años de aquellas primeras protestas en Copiapó, el panorama es distinto.
El dinero, los negocios mineros y las disputas territoriales han reemplazado parte del espíritu de unidad que marcó al movimiento originario.
Mientras algunos ven en el litio una oportunidad histórica de desarrollo, otros temen que el precio de esa riqueza sea la ruptura definitiva entre las comunidades.
Nuevos liderazgos
Las caras han cambiado: algunos de los que iniciaron la lucha por dar a conocer el pueblo Colla ya no son dirigentes y otros han partido, pero han nacido y surgido nuevos liderazgos, de la mano de la preparación profesional y el amor a sus raíces.
Este es el caso de Lesley Muñoz, joven Colla egresada de la carrera de Derecho de la Universidad de Atacama y perteneciente a la Comunidad Colla Copiapó.
Esta joven profesional ya ha participado en dos oportunidades en la Asamblea Anual de Pueblos Indígenas en la sede de la ONU en Nueva York, donde ha expresado sus reparos a la extracción de litio en el Salar de Maricunga.
En Estados Unidos también ha formado lazos con dirigentes Collas argentinos, país que dio origen a esta etnia y donde existen más de 50 mil integrantes del pueblo Colla, que, como se menciona al comienzo de esta nota, esta etnia era prácticamente desconocida en Atacama antes de los años dos mil y ahora son protagonistas del futuro económico de la región.