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Muere a los 88 años Héctor Noguera: adiós a una leyenda de la cultura nacional

El actor, director y figura relevante de la industria cinematográfica y audiovisual de Chile, falleció durante esta jornada, a los 88 años. Su legado abarca más que sus papeles en pantalla y teatro, ocupando su influencia, durante sus más de 70 años de trayectoria, para generar instancias de creación y perfeccionamiento artístico para la sociedad. Una despedida que marca un quiebre en las artes escénicas chilenas con la partida de uno de los gigantes.

El reconocido actor y personalidad de la industria artística nacional Héctor Noguera falleció durante esta jornada a los 88 años, según confirman a Culto desde el Ministerio de las Culturas.

Durante sus más de setenta años de carrera, destacó por encarnar a algunos de los personajes icónicos tanto de la televisión como de la gran pantalla, siendo recordado por una actitud multifacética y profesional, que heredó también a sus hijos y familia, quienes de una u otra forma, han dedicado sus vidas al arte.

Esta despedida marca un quiebre en la industria, en especial para el Premio Nacional de las Artes de la Representación y Audiovisuales, que a sus 88 años seguía ejerciendo la profesión a tiempo completo, desde el set de grabación, la tarima del teatro, la academia y la docencia.

Sus últimos años no distaron del resto de su trayectoria, manteniendo su creatividad y sus intenciones por aportar al mundo del espectáculo. En más de una ocasión, sin embargo, comentó que no se consideraba a sí mismo un artista, pues él “interpreta lo que otros crean”; su cuerpo, finalmente, era una herramienta de expresión.

Este compromiso por la actuación la encontró en los años escolares, asistiendo a una Compañía de Teatro infantil con el profesor Alfredo Peña. Ahí tuvo los primeros acercamientos al telón, camino que quiso seguir como carrera profesional, aunque sin el apoyo inmediato de su círculo cercano y familiar.

Es así que entró a estudiar Arquitectura, atraído por la idea de “dibujar casas”. Duró solo un año y se cambió a Actuación en la Universidad Católica, alcanzando éxitos desde temprano. Su primera aparición reconocida fue en la misma institución, con la obra ¡Esta señorita Trini! (1958), la primera comedia musical chilena; dirigida por Eugenio Dittborn, escrita por Luis Alberto Heiremans, con Carmen Barros en el protagónico y Noguera entre el reparto original; aunque sus primeros trabajos fueron en fotonovelas de la época, publicadas en revistas.

Deja que los perros ladren (1961), en su versión teatral y posterior adaptación cinematográfica también fueron puntos importantes en su trayectoria. Papeles puntuales que permitieron difundir su talento, para llegar a producciones como El chacal de Nahueltoro (1969), donde interpretó al sacerdote Eloy Parra y fue productor. Cientos de historias en la vida de un solo hombre.

Héctor Noguera: más que el brillo en pantalla

Esta larga trayectoria puede explicarse en un poco de suerte y un gran talento, que se vio en las distintas plataformas, con un fuerte propósito social en cuanto al arte. Desde esa intención aparece Teatro Camino, una compañía teatral fundada a finales de los noventa, que en la siguiente década levantó una tarima propia, ubicada en la comuna de Peñalolén. “El nombre apela a la constante preocupación de estar ´en camino a algún lugar´. (…) También se debe a la perspectiva del creador sobre las artes escénicas: un trabajo, investigación y reinvención constante que se proyecta hacia el futuro”, según consignan en la página web de la compañía.

Así, la meta se logra a través del trabajo colectivo, explorando las distintas posibilidades que entregan las nuevas plataformas. Conversatorios, charlas, clases, participación en las compañías Ictus, Teatro de Comediantes y Teatro Q. Además de desempeñarse como Decano de la Facultad de Artes de la Universidad Mayor desde 2005.

En más de alguna instancia hizo público su deseo de trabajar hasta sus últimos días: “Me gustaría estar trabajando, mantenerme trabajando. (…) Uno se acostumbra al ritmo y al cariño de la gente, eso me da la energía que necesito”. Y así lo hizo.

Su último proyecto sobre el escenario en vivo fue Caballo de Feria, una obra que escribió, dirigió y protagonizó junto a Ignacio Massa. Estrenada en mayo de 2025, el libreto “reflexiona sobre el poder de la ficción, la dinámica de los roles y la amistad que surge en el camino artístico”, levantándose a partir del final de la historia de El Quijote, que explora temporalidades más cercanas a la vejez del clásico personaje.

En ese sentido, trajo de vuelta La pérgola de las flores al GAM durante septiembre de este año. Con el cargo de director, estrenó una versión moderna de la historia de Carmela, que ya había tenido su debut en 2019. La versión de 1960, creada por Isidora Aguirre, tuvo a Noguera entre su elenco original.

“La época de la Pérgola es una de transición como la que estamos viviendo ahora. Es un país donde asoman nuevos movimientos sociales y tendencias políticas, el feminismo y el empoderamiento de la clase media. Esta es una obra de mujeres, las protagonistas y las antagonistas son mujeres. Eso es algo que uno descubre ahora, porque la época ilumina la obra, y también la obra ilumina la época”, contó el director previo al estreno.

En otra línea, fue líder de la temporada dieciséis de Factor de cambio durante cuarenta capítulos; proyecto de Canal 13 que narra historias con el objetivo de concientizar sobre el medioambiente y el cambio climático.

Un gigante de la televisión chilena

En muchos hogares es y sigue siendo costumbre ver las teleseries nacionales llegada la noche. Estas tuvieron su llamada época dorada, por lo menos en TVN, durante 1990 y 2005, según consigna el mismo canal. Buscando aumentar el rating y disminuir la falta de creatividad, consecuencia de los años de dictadura, el directorio del momento innovó con una cartelera variada que incluyó inicialmente series como Trampas y caretas (1992), con Noguera como Guido Correa.

Así llegaron las gigantes: Rompecorazón (1994), Sucupira (1996), Oro verde (1997), Romané (2000), entre otras. El apodado Tito se abrió camino de manera rápida en el canal nacional, encarnando algunos de los papeles más icónicos e importantes de su carrera. En una entrevista en el programa Te invito de febrero de este año, junto a la invitada Gloria Münchmeyer, comentó que “el mejor guion que ha hecho es el de Sucupira”, sobre todo por la vigencia que mantiene.

Por otro lado, encuentra algunas discrepancias con ciertos proyectos. Con Machos (2003), por ejemplo, donde interpreta a Ángel Mercader, y la sinopsis narra cómo este padre de siete hijos busca inculcar el machismo en sus aprendizajes, comentó que si el proyecto se hiciera hoy “sería funado”. Sin embargo, destacó también que fue la primera proyección en televisión nacional en la que “no se ridiculiza la homosexualidad, sino que se humaniza”.

Pampa ilusión (2001), Tentación (2004) y Mujeres de lujo (2010) son otras de las series más importantes. Con el cine encontramos títulos como Fuga (2006), Señor Kaplan (2014), Neruda (2016) y más recientemente El pa(de)ciente (2021), cinta en la que trabajó con su hija Amparo. Llegando a años más actuales, a pesar de haber pasado por complicaciones médicas, siguió actuando en series de televisión de alto alcance: Perdona nuestros pecados (2017), Juegos de poder (2019), Pobre novio (2021), Como la vida misma (2023) y aún en emisión, Aguas de Oro (2025).

En la de 2023 tomó el papel de Armando Morales, abuelo de la familia que es diagnosticado con Alzheimer y fallece llegando al final de la temporada. Respecto a este cierre, el actor comentó en más de una ocasión su perspectiva respecto a la muerte y también frente a la pérdida de la memoria: “De las cosas más importantes que tiene el ser humano, más nuestras, es la memoria. Mi memoria, tu memoria, son cosas tremendamente íntimas y personales, por algo uno se acuerda de algunas cosas y no de otras. ¿De dónde viene ese proceso? Si no se tienen suficientes referencias y memorias es más difícil vivir”, dijo a Radio U de Chile.

Una caída y la necesidad de guardar las memorias

En 2016 ocurrió un accidente que podría haber tenido consecuencias fatales. Según él mismo reveló, paseaba con unos amigos a caballo en Cachagua, por unas quebradas. Quizás por la inestabilidad del camino, su caballo tropezó con sus piernas delanteras, lo que provocó que cayeran por la ladera. Noguera sufrió un golpe en la cabeza que le produjo una fractura en la segunda vértebra cervical.

De no ser por la rápida acción de Marcelo Alonso, su yerno, que a los gritos ordenó que nadie lo tocara ni moviera, se evitó que la lesión fuera mayor. Por supuesto requirió de un periodo de recuperación exhaustivo, pero de acuerdo a los médicos, todo se tornó positivo de manera rápida.

Este acercamiento a la muerte lo hizo reflexionar. Noguera dio varias entrevistas muy completas durante los últimos años, en las que analizó sus inicios en la actuación y repasó situaciones de su vida personal. Otro momento que rescató, con notoria tristeza, fue el deceso de su tercera hija, primera en el matrimonio con Claudia Berger; esta habría nacido en condiciones no compatibles con la vida, falleciendo a las pocas horas del parto.

De estas situaciones habla también su hijo Damián en Autobiografía de mi padre: Héctor Noguera, memorias actorales; libro publicado por Catalonia que realizaron ambos durante tres años de entrevistas y conversaciones. “Él ya llevaba varios años intentando escribir sus memorias, pero la verdad nunca tuvo el tiempo suficiente para hacerlo. Mi papá prefiere trabajar con equipos, lo prefiere por sobre tener que trabajar solo. Es algo muy de actor y director”, comentó el escritor a Culto en 2022.

Esta necesidad de resguardar la memoria se vio reflejada, de cierta manera, también en la fanaticada, en aquellas personas que se acostumbraron a verlo a través de la pantalla o tras el telón. En mayo de este año fue elegido, según Cadem, como el “Mejor actor de la historia de Chile”, con un 24% de las preferencias. Previamente, en 2023 recibió los galardones Caleuche a la trayectoria y Mejor actor protagónico de cine, “en reconocimiento a su gran contribución al desarrollo de las artes escénicas del país y la calidad de sus interpretaciones”.

Sobre el reconocimiento de la encuesta Cadem, se lo tomó con humildad. “Creo que hay mejores actores, y creo que la gente votó por mí porque hay un cariño, lo que ellos me entregan es lo que me da energía para todo lo que hago”, dijo.

“Hay esperanza”

En algún momento Noguera dijo que pensó que Como la vida misma sería su última teleserie, sin embargo, logró rodar cerca de 50 episodios de Aguas de Oro, donde varios televidentes notaron su ausencia en los últimos capítulos. Días después sería confirmado que esta desaparición de la escena fue producto de un agravamiento repentino de salud que forzó la salida.

En junio de este año, el actor fue consultado respecto a los recientes fallecimientos de los colegas Claudio di Girolamo, Teresita Reyes y Gastón Soublette: “Es lamentable la pérdida. Pero también es la ley de la vida, ¿no es cierto? Los mayores nos vamos yendo, y tiene que aparecer también la gente joven. Yo creo que, si bien ha habido personas muy, muy valiosas, que han hecho mucho por Chile —incluso en sus últimos momentos—, también hay generaciones nuevas que están muy bien, que son importantes, creativas, que tienen una gran inquietud artística, un deseo profundo de seguir comunicando, de seguir expresándose. Mientras exista esa fuerza, mientras los jóvenes no caigan en la misma apatía que a veces mostramos los mayores al decir que “lo que hay está bien”, creo que hay esperanza. Lo importante es que esa inquietud y ese impulso no se pierdan”, reflexionó con The Clinic.

En el programa junto a Rodrigo Sepúlveda dijo que su curiosidad era más grande que el temor a la muerte: “Estoy seguro de que hay algo después. Sería de muy mal gusto terminar así… por algún lado se sigue, uno se mete de nuevo para existir en otro ámbito”, comentó.

Asimismo, en entrevista con Radio UChile, la periodista le consultó cuál sería el libro que se llevaría a esa vida del después. Respondió velozmente: El Quijote. “Es un libro que entendía poco de joven, ahora lo he ido entendiendo cada vez más. Me parece más divertido y más profundo al mismo tiempo. Ahora, hay muchos autores que me emocionan mucho: Shakespeare es uno de ellos, Calderón de la Barca con La Vida es Sueño. Libros referentes. Referencias que me han ayudado a vivir la vida”.

FUENTE: LA TERCERA

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