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Medio argentino revela detalles del informe Bullrich sobre Hezbollah: Incluye nombres y negocios en Chile

Este jueves, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich hizo entrega a la titular chilena de Interior, Carolina Tohá, de un informe con toda la información recabada por su país sobre la presencia del grupo chiíta libanés Hezbollah en la región, incluido Chile. Y si bien la propia funcionaria trasandina afirmó que el contenido del texto era “secreto”, éste ya se filtró y fue publicado por el diario Clarín, que calificó el documento de “contundente”.

Según el informe de 14 páginas al que tuvo acceso el medio trasandino, “se puede identificar la actividad de Hezbollah en el área de la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, con centro neural en Ciudad del Este. Este eje habría ido rotando o al menos se ha diversificado. Hoy se toma en cuenta también la ‘triple frontera Andina’ conformada por Chile, Perú y Bolivia; y la ‘triple frontera marítima’ compuesta por los puntos de Colón (Panamá), Maicao (Colombia) y Punto Fijo (Venezuela)”.

El texto asegura que tanto la agrupación libanesa -catalogada como “terrorista” por Argentina y otros países- como el régimen iraní “han aumentado su capacidad de acción en distintos puntos estratégicos de Latinoamérica” a través de “actividades ilícitas”. Entre los países mencionados por el informe figuran Chile, Bolivia, Paraguay, Brasil y Colombia.

El informe da cuenta de la presencia del clan Barakat en la región.Uno de los integrantes de esta familia, Hatem Ahmad Barakat, fue identificado por Estados Unidos como financista de Hezbollah y también fue vinculado con el atentado terrorista a la mutual judía AMIA, ocurrido en 1994 en Buenos Aires.

Así las cosas, el documento explica que Barakat “viajó a Chile para recolectar fondos destinados a Hezbollah, y a principios de 2003, se informó que era un accionista importante en al menos dos negocios en Iquique, Chile”. Además, el reporte indica que el hijo de este hombre, Hatem Ali Barakat, residiría legalmente en Chile y cuenta con RUT, al igual que su hermana, Maysaa, estaría domiciliada en Iquique.

En Chile, Hatem Ali tuvo dos negocios: Importadora Dakotas Limitada e Importadora y Exportadora Montreal Limitada, ambos liquidados en junio de 2015. El copropietario de estas dos empresas era Ahmad Droubi, quien según el reporte de Bullrich tenía nexos con “otra red de contactos de simpatizantes con Hezbollah, del clan Rachid, que residirían en Santiago y Arica“.

Todos estos grupos, sin embargo, operarían principalmente en Iquique a través de empresas importadoras y exportadoras “que servirían como organizaciones fachadas o empresas fantasmas”, como Saleh Trading Ltd. y Barakat Import Export Ltda, las que “habrían desarrollado operaciones de blanqueo de capitales para financiar al grupo extremista”.

El documento elaborado por la ministra argentina agrega que el clan Barakat también opera en Venezuela y Paraguay.

Otros involucrados

El informe argentino también menciona a Alí Chahine, hombre con pasaporte estadounidense y libanés que “sería parte del brazo armado de Hezbollah”. Este sujeto habría aterrizado en el aeropuerto de Santiago el 5 de mayo de 2015, para luego trasladarse a Arica. Tras estar unos días en la ciudad nortina, viajó a Bolivia y volvió a Chile el 14 de mayo.

Según el texto revelado por Clarín, Chahine se habría reunido en Bolivia con dos libaneses de apellido Abbas. “El informe profundiza en un punto delicado. Se sospecha que, en La Paz, mantenía un depósito con explosivos a ser utilizado contra objetivos israelíes. No se pudo determinar el paradero de Chahine, pero se habría evitado que se llevara a cabo un atentado a un hostel en La Paz“, indica el reporte, que agrega que el hombre en cuestión dejó Chile el 18 de mayo de 2014 rumbo a Estados Unidos.

Otro nombre mencionado en el documento es el de Eduardo Rubén Assad, alias Sheik Suhak Assad en Chile. Se trata de un hombre argentino, nacido en 1975 y señalado como “discípulo de Mohsen Rabbani”, uno de los iraníes sindicados como responsables del ataque a la AMIA.

Assad habría tenido relación con el Centro Islámico e Chile, ubicado en Las Condes, desde principios de los 2000 hasta mediados de la década pasada. El sujeto en cuestión, aseguran desde Argentina, estaría “íntimamente vinculado a los servicios de inteligencia de Teherán y a los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica”.

Assad, según el sitio Terror Control -citado por el informe-, es “un militante de la Unidad de Relaciones Exteriores, que se desempeña como detector de candidatos y reclutado por la Yihad Islámica desde hace años en Latinoamérica, inclusive en Perú, Panamá, Argentina, Colombia y Venezuela”. Habría viajado a Chile al menos nueve veces entre 2006 y 2020.

El informe también menciona el presunto nexo de Hezbollah en Chile con un avión de la compañía iraní Maham Air, operado por la venezolana Conviasa, “que hizo al menos cinco vuelos entre Caracas y Santiago”, dice el periódico argentino. Esta aeronave habría transportado “armas, personal, recursos y equipos de organizaciones terroristas como Hezbollah y Fuerzas Quds” y es la misma máquina en la que viajó el Presidente venezolano Nicolás Maduro a Irán en 2022.

Fuente: Emol.com

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