Desde la región de Atacama al corazón de Suiza, el piloto de trial en bicicleta Manuel Inostroza se convierte en uno de los pocos deportistas nacionales en competir al más alto nivel internacional en este exigente deporte. A sus 35 años, el copiapino combina una carrera científica como geólogo con su pasión por el ciclismo, participando por primera vez en la Copa del Mundo de Trial en la localidad de Val d’Isère.
“El trial es un deporte de nicho”, cuenta Inostroza, “que consiste en superar obstáculos sin tocar el suelo, con bicicletas sin sillín, livianas y resistentes. En competencia uno debe enfrentarse a diez pistas con entre seis a nueve obstáculos cada una, y solo los neumáticos pueden tocar los elementos del circuito. Cada error cuenta y la concentración debe ser total”. El atleta destaca además que el trial no es muy conocido en los medios, lo que hace aún más valiosa su participación internacional.
Para llegar a Europa, debió cumplir un exigente proceso. Se federó a través de la Federación de Ciclismo de Chile y conformó un equipo técnico con apoyo de la universidad en la que trabaja. Asegura que la preparación física y nutricional fue clave para medirse con los mejores exponentes del mundo. A pesar de no clasificar a la siguiente ronda en Suiza, logró una destacada séptima posición, sumando puntos para el Campeonato Mundial de Trial, que se celebrará en noviembre.
El deportista se prepara ahora para la segunda fecha de la Copa, que tendrá lugar en Polonia en agosto. Su objetivo es claro: clasificar directo a la final mundial a través de los puntos obtenidos en las distintas fechas. Su enfoque es competitivo, pero también emocional: cada paso que da representa no solo a su disciplina, sino también a su tierra.
Desde su niñez en Copiapó, rodeado de vecinos aficionados a la bicicleta, comenzó un camino de esfuerzo que lo llevó a entrenar en Santiago, donde están los parques especializados. El deporte ha convivido siempre con su vocación académica, y hoy su vida transcurre entre investigaciones volcánicas y entrenamientos intensivos.
Su testimonio deja en claro que el compromiso, el amor por el deporte y el apoyo comunitario pueden convertir una pasión en un proyecto de vida. El cariño de quienes lo han visto entrenar en el Parque Kaukari, Manuel lleva el nombre de Chile a nuevas alturas, sobre dos ruedas y contra todos los obstáculos.