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Luis Jara viajó al funeral de Camilo Sesto: “A mí me enseñó a soñar”

Un domingo es sinónimo de languidez noticiosa. Solo grandes acontecimientos, acaso muertes inesperadas, pueden mover la brújula y conectarnos con nuestras fuentes de información en manera de alerta.

Pasó en 2016 con Juan Gabriel —también un domingo—, y pasó ahora con Camilo Sesto, dos personajes que conocimos desde el embrión gracias a las ondas radiofónicas.

En Chile el cambio de huso horario, que nos ataca indefendible dos veces cada año, causaba estragos en una madrugada que nos hizo saltar una hora al futuro y enterarnos sobre una noticia terrible desde Madrid.

Como si fuera una jugarreta, una broma, un hackeo, el único respaldo que había era un tuit sin rasgos de profesionalismo ni respeto por la gramática en la cuenta oficial del artista.  Pero era verdad. El cantante que bautizó a un millar de “Melinas” en el mundo había dejado de respirar a los 72 años.

Seguramente así también se enteró Luis Jara (Santiago, 1965), cantante de profesión y  animador de televisión por avidez. También el último que entrevistó al ídolo para la televisión chilena.

Jara y Sesto, frente a frente

El encuentro fue simple. Cuando Camilo Sesto volvió a Chile para realizar, nuevamente, una especie de despedida de los escenarios en 2017, ambas voces se juntaron en una de las piezas de un hotel para registrar una breve conversación.

Aunque en su natal España el cantante era una especie de ermitaño que salía poco de casa y daba escasas entrevistas, cuando bajaba a Sudamérica se hacía cargo de su papel de estrella y accedía sin chistar a cuanta petición le llegaba a sus representantes.

La nota parte con Sesto intentando no errar ningún tono de “Vivir así es morir de amor”. Falla. Jara sale al rescate. El cuadro se completa con ambos mirándose. “Y ya no puedo más/ ya no puedo más”.

Las primera pregunta fue de manual. Romper la tensión, el hielo que se genera al hablar con un desconocido.

¿Qué ha significado el público en tu vida?, desenfunda Jara. Y hace llorar a Sesto, a la primera, con aparente falta de intención. “Me hacen pensar y decir que no estoy solo”, le dice con voz quebrada. ¿Le emociona?, trata de calmarlo. “Sí, me emociona y mucho. Saber que vuelvo y siguen estando ahí, es para mí lo más grande”, dice ahora, llorando y rompiendo la cuarta pared, fijo a la cámara.

Luis, el entrevistador, encontró el leitmotiv de su relato. “¿La soledad de los artistas es real? Yo también soy cantante y mi primera canción fue ‘¿Quieres ser mi amante?’ a los 10 años, así que hay una gran admiración de quienes cantamos. Muchos se han inspirado en ti” y cierra con la firma de una copia en vinilo de Jesucristo Superestrella (1975), comprada hace años por uno de los sonidistas del programa.

El hombre, que bordea los cuarenta años, es pinchado llorando mientras el ídolo estampa su rúbrica. La cosa termina con ellos dos abrazados, el fan dándole las gracias a Sesto y Luis haciendo un chiste.

“Siempre estarán aquí”, dice el cantante hacia el final palmoteándose el pecho a la altura del corazón.

El encuentro entre ambos se volvería a repetir dos años más tarde en Madrid, aunque sólo uno es capaz de contarlo.

Es por eso que mi alma llora

No se especificó muy bien. ¿Fue Jara el que quiso partir raudo a Madrid tras enterarse de la noticia?, ¿fue una petición de la emisora en donde trabaja? El hecho es que la voz que hizo célebre “Un golpe de suerte” o “Mañana”, subió un cerro el mismo domingo para calmar la ansiedad —hizo una publicación en Instagram para mostrarse en forma—, partió al aeropuerto y el lunes en la mañana ya estaba en la capital española.

Despachó vía Skype su llegada a Europa, cantó solo frente a su teléfono ante miradas extrañas y fue uno de los primeros que, como fanático, pudo acceder a la capilla ardiente de la Sociedad General de Autores y Editores.

También empezaron a aparecer los primeros memes criticando la actitud “oportunista” del rostro de Mega. “No podía ser menos, ahora se convertirá en Camilo Séptimo”, fue uno de los más creativos que apareció.

Ya en Europa, Luis dedicó algunas palabras al ídolo que ya no está.

“La música de Camilo Sesto cruzó generaciones completas y a (sic) sido la banda sonora de nuestras vidas. Artistas así nunca mueren, su música es inmortal, se mete en la piel de todos, hasta de los más rockeros del mundo”, reflexionó en Instagram.

[Nota de la redacción: Camilo Sesto partió siendo “rockero”, fanático de The Beatles y frontman de Los Dayson, su propia banda beat. Ya entrado en su carrera se dio el lujo de incluir en su repertorio plagado de baladas composiciones como “Day Tripper” y “Yesterday”.]

“Tengo dos recuerdos imborrables con él. El primero es haber ganado mi primer festival de la voz a los 9 años con una canción de Camilo Sesto. Su voz hacía soñar a cualquiera que quisiera cantar. Y años más tarde me tocó entrevistarlo en el ocaso de su vida y de su carrera”, continuó.

Además, rememoró en tono reflexivo ese encuentro, ese único encuentro. “Impresionaba su imagen, es verdad, pero reflejaba una pena muy grande. Quizás nunca pudo con el paso del tiempo. Espero que se haya dado cuenta el enorme legado que nos dejó. Gracias Camilo por tu música, a mí me enseñó a soñar”.

Y cuando un soñador y el sueño se encuentran pasan cosas improbables.

Luis Jara en España.

Luis Jara, haciendo guardia en la capilla ardiente, canta, conversa y, de tanto en tanto, un chileno se acerca a pedirle fotos. Él también hace lo suyo. Cuando las cámaras de un móvil televisivo se encienden, el plano se abre y aparece él, un fanático con voz profunda y bien afinado, que canta entre medio de una audiencia mayoritariamente femenina.

Durante ese mismo día, también escribe: “Haciendo respetuosa cobertura a la despedida a Camilo Sesto en la Ciudad de Madrid para Mucho Gusto. Un honor y un orgullo llevar la emoción de tantos admiradores de este grande de la música”. Lo borra horas más tarde.

De pronto, como si fuera la escena final de una película, se ve con un micrófono de La Sexta —una de las cadenas más importantes de España— y se toma el show.

Sus primeros segundos en la televisión española nacen de una fatalidad, de una noticia que nunca nadie quisiera escuchar, pero sin embargo se ve más contento que contenido. ¿Es ese el rol de un artista? Lucho sabe bien que el show debe continuar. Camilo seguro también lo sabía.

“¿Otra más?, ¿Otra más?”, pregunta. Aspira y lanza: “Algo de mí, algo de mí se va muriendo. ¡Quiero vivir, quiero vivir! Saber por qué te vas amor”. No alcanza a terminar la canción. Una voz española le indica que tienen que cortar. Lucho no suelta el micrófono. Es, por sobre todo, un cantante.

 

Fuente: culto.latercera.com

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