Una millonaria indemnización recibirá un trabajador de una prestigiosa empresa dedicada a la fabricación y venta de productos dermocosméticos y dermatológicos de España.
Lo anterior, debido a que la persona acudió a la justicia tras ser despedido por la misma empresa, supuestamente por transgresión de la buena fe contractual, indisciplina y disminución del rendimiento.
Todo comenzó a fines del 2003, cuando el trabajador comenzó en la empresa ISDIN, donde se desempeñaba como visitador médico, lo que incluía venta y promoción de productos, elaboración de informes y tareas administrativas.
Despiden a empleado por trabajar 90 minutos
Para cumplir con sus funciones, la compañía le facilitaba un vehículo con geolocalización, un celular, computador y un tablet, con todo esto, el hombre también debía registrar sus visitas a terreno con los respectivos horarios en una plataforma. Pasaron los años y el empleado comenzó a destacarse entre sus colegas, logrando ser reconocido con el premio al “desempeño del año” en 2010 y luego en 2023, lo que le permitió recibir bonos de productividad.
Sin embargo, en diciembre de ese mismo 2023 fue diagnosticado con una patología hepatobiliar, que consiste en un conjunto de enfermedades que afectan al hígado, vías biliares y a la vesícula biliar, por lo que fue sometido a operación, regresando a trabajar en marzo del 2024.
Pero desde su regreso, algunas situaciones llamaron la atención de la empresa. Por ejemplo, en mayo, acudió al Hospital Meixoeiro en Galicia, donde estuvo desde las 13:33 a 15:05 horas (92 minutos), pero registró 12 visitas desde las 9:30 horas en ese día, y así estas conductas se repitieron, por lo que la empresa incluso contrató un detective privado.
En junio, ISDIN abrió un expediente y le comunicaron que estaba despedido, por lo que el trabajador comenzó con el proceso para presentar una petición para que se declarara como despido improcedente, lo que fue aceptado por el Tribunal Superior de Xustza de Galicia, el que desestimó el recurso de la empresa y le dio la razón al empleador.
Ante esto, la compañía tenía la obligación de volver a reclutarlo con las mismas condiciones o pagarle una indemnización de 118.256 euros, suma que equivale a cerca de 130 millones de pesos chilenos.
“Se trata de un trabajador ejemplar en su trabajo, y que ha sido premiado por su eficacia y productividad”, sentenció el tribunal, apuntando a que no se presentaron pruebas de disminución del desempeño de la empresa.
FUENTE: MEGANOTICIAS