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La historia policial del hombre en juicio por “grooming” y que desde cárcel contactó a una menor

Esta no es no es la primera vez que Juan Gabriel Bugueño Caroca es llevado al banquillo de los imputados. Los hechos que se le acusan tampoco no son novedad. Y es que con 29 años ya acumula una serie de investigaciones y una condena por grooming.

El concepto refiere a los adultos, principalmente hombres, que, mediante el engaño, abordan a menores de edad en Internet. Se suelen presentar como más jóvenes, con nombre, fotos e intereses falsos para poder acercarse a la víctima y obtener su confianza.

En el caso de Caroca, el modo de operar varía, asegura a Emol el comisario de la Brigada de Cibercrimen de la PDI, Mauricio Araya. A veces era más joven, a veces no.

A la fecha, el “Nene gangster” o “nene malo”, como se presentaba a través de redes sociales, lleva casi dos años privado de libertad por hechos que afectaron a tres menores que no superaban los 13 años al momento de ser abordadas.

De acuerdo a la investigación que lleva adelante la fiscal Occidente Andrea Rocha, entre 2016 y 2017, Bugueño abordó a tres niñas mediante Facebook y Whatsapp, para luego de ganar su confianza exigirles imágenes en que estas realizaran acciones de significación sexual. Fotografiarse y grabarse.

Si recibía alguna negativa, sostiene el ente persecutor, las amenazaba con “reventar” su casa, “agarrarlas a balazos” o secuestrarlas. Al final fue una de las afectadas la que terminó por decirle a su madre, quien denunció el caso a la policía.

El último caso

“En su momento nosotros tuvimos tres investigaciones simultáneas, donde se llegó al mismo imputado. Se coordinó con fiscalía para tener una orden de ingreso a domicilio. Concurrimos al lugar a fin de poder periciar la residencia y corroborar el lugar. Encontramos en marzo de 2017 un total de 22 fotografías y dos videos de menores de edad”, señala Araya.

El allanamiento fue a eso de las 08:15 de la mañana en una residencia de la comuna de Paine. Bugueño fue detenido y casi dos años después el caso comienza su última etapa.

Este martes se inició el juicio oral y la fiscalía Occidente solicita una pena de 10 años de presidio por abuso sexual impropio, y otros tres años y un día por almacenamiento de material pornográfico infantil.

Prontuario

Los registros en el historial de Bugueño parten desde hace más de una década. El martes 6 de enero de 2004, un mes y un día antes de que cumpliera los 14 años, confesó haber violado y asesinado a una menor de 11 años en San Bernardo.

El crimen se lo adjudicó a través de una nota que le dejó a su abuelo, quien encontró el cuerpo de la menor al interior de un tambor, y también ante la PDI.

“En todo momento reconoció haber cometido el hecho solo (…) todos los antecedentes que nos entregó son totalmente concordantes con el sitio del suceso”, señaló en el ese entonces comisario Oscar Bacovic, según consta en una nota de Cooperativa.

El caso no lo llevó a cumplir una sanción. Y es que Bugueño, con 13 años, era inimputable. Por ello se decretó su ingreso en el Centro “Tiempo Joven” del Servicio Nacional de Menores (Sename). La medida se adoptó descartando que volviera al cuidado de sus abuelos y considerando que su madre había muerto en 2001, cuando tenía 30 años.

El tiempo pasó y Bugueño volvió a estar en la mira del sistema. Esta vez como mayor de edad. En 2014 fue acusado de haber obtenido bajo amenazas imágenes de menores desnudas, mientras que en los medios ganó el apodo de “el acosador de Facebook”.

En julio de 2016 fue condenado como autor de abuso sexual impropio, delito por cual se persigue el “grooming”, y se le sentenció a 541 días de presidio, los cuales se dieron por cumplidos con su tiempo en prisión preventiva.

De acuerdo al comisario Araya, Bugueño nunca paró. De hecho, se pudo constatar que a los meses de su detención, y por ende desde la cárcel con prisión preventiva, seguía usando una cuenta en redes sociales donde seducía a una menor.

“Se logró establecer que uno de los perfiles seguía activo, lo cual se comunicó a fiscalía para que se pudiese pedir a Gendarmería la revisión de este sujeto que aparentemente tendría acceso a un teléfono”, detalló.

Y agregó: “A través de ese equipo, él le pedía a sus contactos que le recargaran dinero. Les decía que estaba detenido por drogas, porque todo lo rodea pornografía infantil es muy sancionado socialmente”.

Araya cuenta que los mensajes con la nueva víctima, de 13 años, fueron detectados a tiempo: “No alcanzó a pedirle fotografías, estaba en la seducción. Todo esto muestra, al proyectar su conducta, que nunca dejó de tener ansias de contactar a una menor. Muestra escasa sensación de culpa, de miedo a una sanción”.

Y concluye: “Él se enfocaba en niñas de entre 10 y 13 años. Mientras más pequeñas, más fácil asustarlas”.

A la fecha se encuentran un par de perfiles con el nombre y foto de Bugueño. Uno es de una red social destinada a realizar y responder preguntas, y el otro es de Twitter. Este último data de 2011 y su última publicación es una parte de una canción.

“Que fácil es hablar que andan buscándome, de espaldas frente a otro amenazándome. Son como la sombra no se dejan ver. Yo sigo creciendo”, se lee.

 

Fuente: emol

 

 

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