En la recta final de la carrera presidencial, los candidatos de la derecha, Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser, se han alineado en una posición cada vez más fontal contra el gobierno.
Esta estrategia no es casual. Y es que después de una semana marcada por las tensiones internas en la derecha, los comandos parecen haber encontrado un punto en común: la crítica al Ejecutivo.
De hecho, el presidente del Partido Republicano, Arturo Squella, fue claro al anunciar que la campaña de Kast concentrará todos sus esfuerzos en convocar a los votantes opositores al Ejecutivo, con la mira puesta en acortar la distancia con la candidata oficialista, Jeannette Jara.
Asimismo, la vocera de Kast, Mara Sedini, reforzó esa idea al señalar que su comando ha evitado entrar en pugna con los demás actores de su sector.
Mientras tanto, el candidato del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, cerró en Coyhaique la última fecha de su gira nacional con un mensaje conciliador: las diferencias de opinión entre colectividades no significan necesariamente tensiones.
Una frase que buscó desdramatizar el ambiente, aunque las fricciones han sido evidentes.
Asismismo, desde su comando, el vicepresidente de la colectividad, Hans Marowski, insistió en que no se enfocarán en la “pelea chica” entre las cartas presidenciales de la derecha.
Pese a lo anterior, el propio Kaiser, en entrevista con La Tercera, fue más allá y sentenció que “la hegemonía ya no está en Chile Vamos”.
Esa afirmación no cayó bien en la UDI, desde donde su jefe de bancada, el diputado Henry Leal, respondió con dureza y aseguró que siguen siendo la bancada más importante, algo que, según dijo, se demostrará en el Congreso.
El cruce de declaraciones se da en un contexto donde la carta presidencial de Chile Vamos, Demócratas y Amarillos, Evelyn Matthei, también ha salido a marcar diferencias.
La candidata gremialista cuestionó a Kaiser por su idea de retirar a Chile de organismos multilaterales, calificándola de “inviable”, y tildó de “ridícula” la propuesta de Kast sobre que los migrantes irregulares paguen parte del pasaje de su expulsión.
Desde su comando, además, han reiterado la acusación de que el gobierno estaría “posicionando” la candidatura republicana, lo que añade un ingrediente extra a la tensión.
En medio de este escenario, el analista político Cristóbal Bellolio resumió la disputa con una frase que resuena en los pasillos: la derecha en esta recta final competirá por demostrar quién es más “antiBoric”.
Y en esa competencia por el tono más duro, el jefe de campaña de Matthei, Diego Paulsen, elevó la temperatura al calificar de “atorrantes” al Gobierno. Sus palabras recibieron el respaldo inmediato de la propia candidata y del presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, pero también un rechazo transversal, incluido el del presidente del Senado, Manuel José Ossandón, quien
advirtió que “aquí no funciona la cosa con insultos”.
La escalada de críticas no se ha limitado a Chile Vamos. Kaiser, por ejemplo, dijo la semana pasada que el Presidente y su gobierno son “unos fracasados”. Kast, por su parte, ironizó con que “clasista es no usar corbata, porque la corbata la usan los ricos”. Frases que, más allá de su tono, confirman que la oposición ha encontrado en la confrontación directa con el Ejecutivo un terreno común.
En paralelo, los llamados a la unidad se multiplican. No ha sido uno, sino varios, los mensajes desde el Partido Republicano y desde el comando de Matthei para cerrar filas de cara a la segunda vuelta presidencial del 14 de diciembre.
La pregunta es si esas apelaciones lograrán calmar las tensiones internas o si, por el contrario, la competencia por liderar el bloque opositor seguirá alimentando las diferencias.
FUENTE: BIOBIO CHILE




