Chile es un país solidario, lo ha demostrado una y otra vez frente a terremotos, inundaciones y campañas como la Teletón. La voluntad de ayudar está ahí. Sin embargo, en los últimos años se ha ido debilitando la confianza en las fundaciones y en el destino de las donaciones.
Hoy, muchas personas quieren donar, pero dudan. Dudan porque no siempre saben qué ocurre con su dinero una vez que lo entregan, y porque los casos de malas prácticas han instalado una pregunta incómoda: ¿mi aporte realmente llega donde dice llegar?
Evaluaciones recientes a organizaciones sin fines de lucro muestran que más del 87% de los estándares de transparencia definidos en el país aún presenta brechas importantes. A esto se suma que, en muchos casos, la información disponible en los sitios web de las fundaciones es escasa, lo que termina alejando a los donantes en lugar de generar cercanía.
Es importante decirlo con claridad, este escenario no responde, en la mayoría de los casos, a mala fe. Muchas organizaciones simplemente no cuentan con los recursos, el tiempo ni las herramientas necesarias para rendir cuentas de forma constante y comprensible. Transparentar información financiera y de impacto es un desafío técnico y operativo para gran parte del sector.
En paralelo, los donantes han cambiado. Hoy quieren involucrarse, entender y acompañar las causas que apoyan. Esperan datos simples y reportes que expliquen, sin tecnicismos, cómo se usan los recursos y qué impacto generan.
En este contexto, plataformas como ZakÜ cumplen un rol clave. No solo como canales de donación, sino como herramientas que permiten a las fundaciones ordenar, medir y comunicar su impacto, haciendo visible el recorrido del dinero de forma transparente, trazable y verificable, ya que cuando la información se presenta de manera clara y accesible, la confianza deja de ser un acto de fe y se transforma en una relación sostenible.
Recuperar la confianza en las donaciones es una tarea ética y colectiva. Para que las personas vuelvan a comprometerse, es fundamental entender que el acto de donar es consecuencia de la transparencia.
Por Dur Montoya, CEO de ZakÜ
