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La caída del káiser chileno

El pasado domingo 21 de noviembre, en Chile se vivió uno de los días más esperados por la ciudadanía, las elecciones de presidente, diputados, senadores y Cores. Sin embargo, los ojos de la nación y del mundo estaban fijos en las elecciones presidenciales, una elección de las más importantes desde el retorno de la democracia, ya que una vez más, se estaban enfrentando los fuertes ideales de derecha y de izquierda.

Lamentablemente en el fervor que se estaba viviendo por las elecciones presidenciales, un grupo de la ciudadanía omitió investigar a fondo a uno de los diputados que se estaba postulando para el honorable puesto, me refiero al actual diputado del distrito 10, Johannes Kaiser. Quien, a pocas horas de ser ganador, se ha viralizado los tratos vejatorios hacia las mujeres en sus distintas redes sociales.

Ciertamente considero horrible que un diputado de la república tenga ese discurso de odio y mal trato hacia la mujer chilena, me pregunto ¿él conocerá lo que significa ser una mujer en Chile? Hoy ser mujer en Chile significa trabajar el doble que los hombres para conseguir un trabajo bien remunerado, significa no poder caminar en paz por las calles porque un psicópata o un depravado le puede hacer algo. Recordemos solamente los casos de Catalina, Thiare y Tanya que aún no se sabe nada de ellas. Significa que pueden sufrir violencia física, sicológicas y económicas, significa sufrir constantemente diferencias sociales, en salud, educación, entre otras, significa educar, en muchas ocasiones a sus hijas (os) solas, porque hay padres irresponsables, significa que encontrar un trabajo es sumamente difícil, ya que cuando van a una entrevista, lo primero que le preguntan es: ¿Usted tiene hijo? Pienso que esa pregunta debe ser eliminada y prohibida de una entrevista laboral, pues es un claro ejemplo de la discriminación que deben sufrir las mujeres chilenas.

Los sacrificios que ellas realizan por el bienestar de su familia y de su entorno cercano, no pueden ser descritos por simples palabras, pues cada una de ellas soportan una gran carga sobre sus hombros, un ejemplo de este sacrificio es que muchas mujeres que trabajan en el día deben llegar a trabajar a sus casas, limpiando, ordenando, preparando almuerzo, realizando las tareas de los hijos, y para que mencionar, si existe un familiar enfermo el cuidado de ese familiar recae en la mujer. Esto sucede porque a pesar de que estamos en el siglo XXI aún hay muchos hombres que no son capaces de asumir las responsabilidades en el hogar como corresponde.  ¿Cuántas emociones guardan en su alma, en su corazón?  Pues nunca nadie lo sabrá.

Como olvidar a las grandes mujeres que han hecho crecer esta hermosa nación, mujeres que dieron su vida para alcanzar la equidad en derechos sociales y eliminar la desigualdad de género, entre ellas podemos recordar A la señora Amanda Labarca, Fabiola Letelier, Gladys Marín, Laura Rodig, Marta Vergara, Gabriela Mistral, Violeta Parra. Sin olvidar a todas aquellas que trabajan en silencio para construir una sociedad más justa y equitativa.

Necesitamos unirnos en una sola voz, para solicitar la destitución de este diputado, quien no representa la voluntad, el pensamiento de un pueblo que valora y respeta los derechos de la mujer, de una nación que ofrece acilo contra la opresión, pero tenemos al opresor sentado en nuestro congreso nacional. Cómo país, deberíamos sentir vergüenza de este tipo de persona, cómo es posible, que recibirá un sueldo millonario de nuestros impuestos, pagado por el sacrificio de la población.

Hago un llamado, de valorar, proteger los derechos y oportunidades de las mujeres, sin importar las ideologías políticas, porque las mujeres son un pilar fundamental de nuestra sociedad, ya que  

cualquier cosa que les encarguemos a ellas lo harán igual o mejor que un hombre, nunca peor.

Juan Francisco Aguilar Palominos.

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