En noviembre estamos conmemorando el Mes de la Diabetes, una enfermedad silenciosa que afecta a millones de personas y que muchas veces se manifiesta en los pies. Detrás de cada herida o amputación hay historias de vida, familias, trabajo y también oportunidades perdidas por no haber tenido acceso a un buen calzado o una atención preventiva a tiempo.
Como emprendedor, siempre he creído que la innovación no está solo en la tecnología, sino en la capacidad de observar una necesidad real y transformarla en una solución concreta. Así nació Calzados Overland, de una conversación familiar, del problema de una tía con diabetes que no podía pagar los zapatos especializados que su médico le recomendaba. Lo que partió como un desafío personal se convirtió en una misión colectiva: fabricar en Chile calzado terapéutico que proteja, acompañe y dé autonomía a las personas que más lo necesitan.
El emprendimiento nacional tiene esa fuerza: la de mirar de frente los problemas sociales y buscar respuestas desde el ingenio, la empatía y el trabajo honesto. Cada día, cientos de pequeñas empresas en nuestro país intentan hacer eso mismo, demostrando que se puede crecer sin perder propósito.
Hoy, en Calzados Overland, seguimos innovando desde la experiencia, la técnica y el compromiso. Creemos que cuidar los pies también es cuidar la vida. Y si desde un taller chileno podemos contribuir a prevenir una amputación, entonces estamos haciendo mucho más que fabricar zapatos: estamos caminando hacia un país más consciente y solidario.
Por Mario Malerba Correa, fundador de Calzados Overland
