En tiempos donde la salud mental ocupa un lugar prioritario en la conversación pública, es urgente ampliar la mirada sobre sus causas. No todo malestar emocional tiene origen exclusivamente psicológico, ya que existen desequilibrios hormonales que pueden desencadenar síntomas como ansiedad, irritabilidad, fatiga o incluso depresión.
Alejandra Ponce, académica de Tecnología Médica de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, explica que existen pruebas específicas que permiten identificar desequilibrios en hormonas como el cortisol, la serotonina y las tiroideas, todas relacionadas con la salud emocional. “Los exámenes hormonales no solo ayudan a confirmar diagnósticos, sino que también permiten entender mejor el origen de ciertos síntomas que muchas veces se atribuyen solo a lo psicológico”, señala.
El cortisol, conocido como la “hormona del estrés”, juega un papel central en los trastornos del ánimo. “En personas con depresión, los niveles de cortisol suelen estar elevados”, indica Ponce. Estudios también lo vinculan con una disminución de la respuesta emocional negativa frente al estrés agudo. Este tipo de alteraciones puede medirse mediante análisis de sangre, lo que permite orientar diagnósticos más precisos. “Es importante considerar que el cortisol no solo se altera por factores emocionales, sino también por enfermedades crónicas, falta de sueño o incluso por el uso de ciertos medicamentos”, agrega.
Las hormonas tiroideas T3 y T4 también tienen una fuerte relación con el bienestar emocional. Cuando están elevadas, como en el hipertiroidismo, pueden provocar ansiedad, irritabilidad y dificultad para concentrarse. En cambio, niveles bajos —propios del hipotiroidismo— se asocian con depresión, fatiga y lentitud cognitiva. “La tiroides regula el metabolismo, y cuando este se acelera o se enlentece, el cuerpo y la mente lo resienten. Por eso es fundamental medir TSH, T3 y T4 en pacientes con síntomas persistentes”, explica la académica de la UNAB.
Serotonina
En cuanto a la serotonina, neurotransmisor clave en la regulación del ánimo, existen métodos avanzados para su medición. “Las técnicas más utilizadas son la cromatografía líquida de alta resolución (HPLC) y el ensayo ELISA”, detalla Ponce.
Ambos permiten cuantificar la serotonina en sangre con alta sensibilidad, lo que resulta útil para evaluar cuadros depresivos o ansiosos desde una perspectiva bioquímica. “Aunque no es un examen de rutina, puede ser solicitado en casos específicos donde se sospecha un déficit importante de serotonina”, aclara.
Los síntomas de un desequilibrio hormonal pueden ser variados: desde fatiga extrema, insomnio y caída del cabello, hasta cambios bruscos en el estado de ánimo, palpitaciones o pérdida de memoria. “Muchas veces los pacientes llegan con síntomas difusos, y al realizar los exámenes hormonales, encontramos la causa. Es una herramienta poderosa para el diagnóstico integral”, concluye Ponce. La detección temprana mediante exámenes médicos especializados no solo permite un diagnóstico certero, sino que abre la puerta a tratamientos más eficaces y personalizados.
FUENTE: AGENCIA