Este miércoles 18 de junio se concretó un hito para la memoria histórica de Atacama y de Chile: el antiguo campamento minero de Potrerillos fue declarado Monumento Nacional en las categorías de Zona Típica y Monumento Histórico, tras la publicación oficial del Decreto N°14 en el Diario Oficial.
Con esta resolución, se reconoce el valor patrimonial del emblemático enclave ubicado en la comuna de Diego de Almagro, que albergó a miles de trabajadores y familias durante el auge de la minería del cobre en el siglo XX.
Esta declaratoria es el resultado de un trabajo mancomunado entre agrupaciones de potrerillanos, Codelco, instituciones patrimoniales y el Gobierno, especialmente entre los años 2022 y 2024.
La presidenta de la Agrupación de Potrerillanos en Copiapó, María Ramos Araya, manifestó su emoción por esta importante noticia.
Manteniendo esa línea, Catisis Lobos, directora regional del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, resaltó el carácter colaborativo del proceso, que incluyó mesas de trabajo, visitas técnicas y participación activa de organizaciones sociales y Codelco, propietario del sitio.
Basilio Luan Cortés, de la Agrupación Amigos de Potrerillos, destacó este importante avance, después de varios años de espera.
La Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Atacama, Carolina Armenakis, celebró este avance como un acto de justicia patrimonial e histórica y destacó que Potrerillos se suma oficialmente al mapa patrimonial de Chile.
Entre los monumentos históricos ahora protegidos se encuentran la Casa del Subgerente, el Teatro Andes, la Iglesia, el Cementerio, y las Escuelas Americana y Chilena, además de la declaración de tres zonas típicas: el Centro Histórico, el Sector Norteamericano y el Sector Obrero.
El campamento de Potrerillos, construido entre 1919 y 1927 por la empresa Andes Copper Mining Company, es considerado uno de los principales referentes del modelo “Company Town” en Chile, al igual que Sewell o Chuquicamata.
Su infraestructura refleja la historia del desarrollo minero-industrial del país, destacando elementos como sus dos grandes chimeneas, las redes ferroviarias y los sectores segregados por estrato laboral y social.
Este reconocimiento marca un nuevo capítulo para la preservación de la historia minera de Chile y abre camino a futuros proyectos de restauración, memoria y difusión cultural.