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Fiestas Patrias: Una oportunidad perfecta para conectar a niños y niñas con recuerdos y tradiciones

Las Fiestas Patrias son una de las fechas más esperadas del año y una ocasión perfecta para conectar a los niños con la historia y las tradiciones de Chile. Al narrar los hechos históricos, les ayudamos a comprender el verdadero sentido de las celebraciones y a sentirse parte de una comunidad más grande: su país.

Es importante que en estos relatos no solo destaquemos a los próceres de la patria, sino también el rol fundamental de las mujeres. Un ejemplo notable es Javiera Carrera, a quien no solo se le reconoce el diseño de la primera bandera chilena, como nos cuenta la historiadora María Gabriela Huidobro, sino también quien lideró a otras mujeres en el apoyo logístico y material a las tropas independentistas. Incluir a las mujeres en la historia enriquece la narrativa y muestra la contribución de todos y todas en la construcción del país.

Las Fiestas Patrias son también una oportunidad de reconocer la riqueza y diversidad de nuestra cultura. A través de los bailes y las vestimentas típicas, los niños descubren la belleza de los paisajes y las costumbres de sus pueblos.  De esta forma, Chile deja de ser un concepto abstracto y se convierte en algo tangible: su tierra, su gente, su flora, su fauna. Conocer estas realidades fomenta una conexión emocional que inspira el cuidado, el respeto y la solidaridad.

Los días festivos son ideales para disfrutar al aire libre. Participar con ellos en juegos tradicionales chilenos como el trompo, el volantín o el luche no solo es divertido, sino que también nos permite compartir historias y anécdotas de nuestra propia niñez, que fortalecen lazos y les muestra de manera concreta cómo eran la vida y las costumbres cuando nosotros, sus padres, éramos niños.

La posibilidad de reunirse con la familia, visitar a los abuelos y disfrutar algunos ritos culinarios como hacer empanadas, anticuchos o pan amasado, también contribuye a forjar el sentido de pertenencia, a valorar cosas simples que nos unen y nos recuerdan aquello que tenemos en común con tantas personas que forman nuestra patria.

No podemos saber con certeza qué recuerdos de estas experiencias quedarán grabados en la memoria de los niños. Sin embargo, sabemos que el cerebro humano tiende a retener aquellas vivencias que están cargadas de emoción. Nuestra memoria registra el dónde, el cuándo, el cómo y, sobre todo, el con quién vivimos esas experiencias, también sus sonidos, sabores, olores y, sobre todo, las emociones de esos momentos que se entrelazan para formar recuerdos duraderos.

El tiempo de complicidad, de compartir la historia y disfrutar la cercanía con nuestros niños durante estas fiestas es lo que seguramente quedará como recuerdo fortaleciendo susentido de pertenencia y de comunidad, un paso fundamental para valorar y cuidar un país para todos.

Por María Isabel Marín, Directora Psicopedagogía U. Andrés Bello, sede Viña del Mar

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