Por el Dr. Christian Caglevic, Director Científico Fundación Arturo López Pérez (FALP)
En Chile, el cáncer se ha convertido en la principal causa de muerte, con más de 30 mil fallecimientos y más de 60 mil nuevos casos diagnosticados al año, según las últimas cifras del Ministerio de Salud. Esta realidad, lejos de ser solo una estadística, representa historias de dolor, esperanza y resiliencia para miles de personas y sus familias. Ante este escenario, la investigación clínica en oncología se vuelve no solo relevante, sino urgente.
Investigar es transformar. Cada estudio clínico es una oportunidad concreta de ofrecer alternativas terapéuticas innovadoras, especialmente para quienes han agotado otras opciones. Pero también es una forma de anticipar el futuro: muchas de las terapias que hoy se evalúan serán el estándar de tratamiento en los próximos cinco o diez años.
Desde la creación de la Unidad de Investigación de Drogas Oncológicas de FALP, en 2016, hemos experimentado un crecimiento sostenido. Si en 2020 contábamos con 81 estudios clínicos activos, a la fecha hemos duplicado ese número. Además, solo durante 2024, más de 450 pacientes participaron en algún estudio clínico en nuestra institución. Estas cifras no solo reflejan volumen, sino también impactó: decisiones valientes, esperanza renovada y conocimiento generado desde Chile para el mundo.
Los estudios clínicos oncológicos también ofrecen beneficios inmediatos a pacientes y equipos médicos. Permiten el acceso temprano a fármacos que serán las terapias del mañana, favorecen una atención más personalizada y fortalecen las capacidades clínicas al entrenar a los profesionales de salud en el uso de terapias emergentes. Asimismo, posicionan a las instituciones que los lideran como referentes en investigación del cáncer, atrayendo alianzas estratégicas y elevando los estándares de calidad del sistema de salud.
Sin embargo, aún enfrentamos desafíos. Fomentar una mayor participación en estudios clínicos requiere informar, educar y generar confianza. Para ello, es clave que la comunidad médica, los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto visibilicen el valor de la investigación como una herramienta concreta de equidad, innovación y progreso.
En FALP, investigar no es un ejercicio académico ni un privilegio de pocos. Es parte estructural de nuestra misión. Es nuestra forma de responder con excelencia, compasión y visión de futuro a una de las mayores amenazas sanitarias de nuestro tiempo. Porque mientras el cáncer siga siendo una de las principales causas de muerte en Chile, no dejaremos de buscar respuestas. Y cada estudio será, siempre, una mejor oportunidad para los pacientes con cáncer.