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Estas son las señales tempranas que podrían detectar la enfermedad de Parkinson

Ciertos problemas intestinales, como el estreñimientola dificultad para tragar y el síndrome del intestino irritable (SII), pueden ser señales de alerta temprana de la enfermedad neurológica de Parkinson, sugiere una investigación publicada en línea en la revista Gut.

Se cree que los síntomas gastrointestinales preceden al desarrollo de una enfermedad cerebrovascular, como un ictus o un aneurisma cerebral, o de la enfermedad de Alzheimer.

Además, se ha sugerido (hipótesis de Braak) que las afecciones intestinales pueden preceder también al desarrollo de la enfermedad de Parkinson.

El estudio

Para probar esta hipótesis, los investigadores utilizaron datos de una red nacional de registros médicos de Estados Unidos (TriNetX) para comparar 24.624 personas que habían sido diagnosticadas con la enfermedad de Parkinson de causa desconocida con aquellos que habían sido diagnosticados con otras condiciones neurológicas -Alzheimer (19.046) o enfermedad cerebrovascular (23.942)- o con ninguna de ellas (24.624; grupo de comparación).

Aquellos con enfermedad de Parkinson fueron emparejados con personas en los otros grupos por edad, sexo, raza y etnicidad, y duración del diagnóstico para comparar la frecuencia de las condiciones intestinales incluidas en su registro electrónico de salud durante un promedio de 6 años antes de su diagnóstico Parkinson.

A continuación, los investigadores probaron la misma hipótesis, pero de una manera diferente, dividiendo a todos los adultos de la red que habían sido diagnosticados con cualquiera de las 18 afecciones intestinales en grupos separados, uno por cada afección de interés.

Las personas en estos grupos fueron emparejadas con personas sin la afección intestinal en particular y monitoreadas a través de sus registros médicos durante 5 años para ver cuántos de ellos desarrollaron la enfermedad de Parkinson u otros trastornos neurológicos.

Ambos análisis indicaron que 4 afecciones intestinales estaban asociadas con un mayor riesgo de diagnóstico de enfermedad de Parkinson.

Las conclusiones del estudio

En concreto, la gastroparesia (retraso en el vaciado del estómago), la disfagia (dificultad para tragar) y el estreñimiento se asociaron a un riesgo más del doble de padecer la enfermedad de Parkinson en los 5 años anteriores al diagnóstico, mientras que el SII sin diarrea se asoció a un riesgo un 17% mayor.

La extirpación del apéndice, sin embargo, parecía ser protectora, lo que suscita preguntas sobre su papel potencial en los procesos de la enfermedad que conducen a la enfermedad de Parkinson, dicen los investigadores.

Ni la enfermedad inflamatoria intestinal ni la vagotomía (extirpación total o parcial del nervio vago para tratar la úlcera péptica) se asociaron a un mayor riesgo.

Algunos otros problemas intestinales, incluyendo la dispepsia funcional (sensación de ardor o plenitud en el estómago sin causa obvia); el SII con diarrea; y la diarrea más incontinencia fecal, también fueron más frecuentes entre las personas que desarrollaron la enfermedad de Parkinson.

Pero estas afecciones también eran más prevalentes antes de la aparición del Alzheimer o la enfermedad cerebrovascular.

Se trata de un estudio observacional y, como tal, no puede establecer la causa.

Los investigadores también destacan varias limitaciones a sus hallazgos, incluyendo que el período de seguimiento fue relativamente corto y que la información diagnóstica capturada en los registros electrónicos de salud podría haber sido incompleta.

No obstante, concluyen que este estudio “es el primero en establecer pruebas observacionales sustanciales de que el diagnóstico clínico no sólo del estreñimiento, sino también de la disfagia, la gastroparesia y el síndrome del intestino irritable sin diarrea podría predecir específicamente el desarrollo de la enfermedad de Parkinson”.

Y añaden que “estos hallazgos justifican la alerta por síndromes gastrointestinales en pacientes con mayor riesgo de enfermedad de Parkinson y subrayan la necesidad de investigar más los precedentes gastrointestinales en la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad cerebrovascular”.

La Tercera

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