Si bien la primavera suele ser la gran protagonista, especialistas advierten que en esta época ya se concentran alérgenos que intensifican los síntomas. Preparar el organismo con anticipación puede reducir el impacto en la salud y la productividad.
Al hablar de alergias estacionales solemos pensar en flores, pasto y cielos despejados. Sin embargo, la temporada comienza antes de lo esperado. Ya en agosto se combinan factores como el polen temprano del plátano oriental, el polvo acumulado en espacios cerrados y la contaminación ambiental que dejan los meses fríos. Este escenario favorece una sensibilización progresiva de las vías respiratorias que, en muchos casos, se confunde con resfríos recurrentes.
Por ese motivo, los especialistas de la salud coinciden en que este mes es la “antesala” de las alergias y la oportunidad estratégica para actuar. Iniciar medidas preventivas puede disminuir la intensidad de los síntomas, evitar crisis respiratorias y mejorar la calidad de vida durante los meses de mayor exposición a alérgenos.
¿Cuál es la relación entre el sistema inmune y las alergias?
Según la Dra. Rocío Tordecilla, inmunóloga de Clínica Santa María, el sistema inmune juega un papel crucial en la respuesta alérgica, ya que puede influir tanto en la intensidad como en la frecuencia de las alergias. Para enfrentar este escenario, comenta que es posible “entrenar” la respuesta inmunológica, a través de inmunoterapia o con hábitos de vida saludables que fortalezcan las defensas.
“Cuando el sistema inmune detecta un alérgeno, como el polen o los ácaros del polvo, puede reaccionar de manera exagerada, lo que lleva a la liberación de histamina y otros mediadores químicos. Estos mediadores causan los síntomas característicos de las alergias como congestión nasal, estornudos y picazón en los ojos”, detalla.
¿Cómo diferenciar la rinitis alérgica de un resfrío común?
De acuerdo con la Dra. Paula Ruz, otorrinolaringóloga de Clínica Dávila, aunque comparten síntomas, existen diferencias clave:
Por ello, el Dr. Mauricio Cancino, médico internista de Clínica Ciudad del Mar, recomienda a las personas con rinitis alérgica disminuir la exposición a los alérgenos conocidos, mantener una adecuada limpieza del hogar, ventilar los espacios y consultar oportunamente a su médico sobre la posibilidad de iniciar tratamientos preventivos con antihistamínicos o corticoides nasales antes de la llegada de la primavera. Asimismo, enfatiza en la importancia de mantener las medidas de autocuidado y tener al día los esquemas de vacunación, especialmente en pacientes crónicos o inmunodeprimidos.
El Dr. Rodrigo Sagardia, médico general de Help, agrega: “Lo más común es que los virus respiratorios causen síntomas en las vías respiratorias altas como congestión nasal, dolor de garganta, mucosidad y, en algunos casos, fiebre. Estos signos, por sí solos, no deberían alarmarnos. Lo que sí debe preocuparnos es cuando aparecen síntomas que indican un compromiso mayor, especialmente a nivel pulmonar”.
¿Cómo puede la nutrición ayudar a enfrentar la temporada de alergias?
La preparación no solo depende de medicamentos o terapias, sino también de la alimentación diaria, que juega un papel clave en la regulación de la respuesta inmunológica.
En este sentido, Paulina Mella, nutricionista de Clínica Dávila Vespucio, aconseja apostar por una dieta rica en nutrientes protectores: “Una alimentación equilibrada rica en vitamina C (kiwi, cítricos y pimentones), en omega-3 (jurel, salmón, caballa) y en antioxidantes (frutas, verduras y frutos secos). Además, incorporar probióticos naturales como yogur, kéfir, chucrut o kimchi y, si hace falta, suplementos puntuales como la curcumina para ayudar con la congestión nasal. Hay que evitar los alimentos ultraprocesados, fritos y azúcares refinados que potencian la inflamación; mantener la hidratación y preferir versiones sin azúcar”.
FUENTE: AGENCIA