“Parte una nueva era. Un estadio del primer mundo a Chile. Esta es la misma sensación de Europa”. Palabra del presidente de Cruzados, Juan Tagle, a exactamente una hora del anhelado estreno del Claro Arena.
Fueron tres años de espera. Una casa totalmente nueva. Y repleta para el primer partido de Universidad Católica. Aforo completo. 20.249 espectadores. Solo hinchas cruzados. Una noche inolvidable.
A las 17 horas se abrieron las puertas. Había ansiedad. Los hinchas miraban atónitos y felices la imponente entrada del recinto de Las Condes. Fotos y selfies por montón. Todos querían inmortalizar ese momento histórico.
Los fanáticos comenzaron a llegar temprano. El objetivo era recorrer los alrededores antes de ingresar. La emoción era a flor de piel. “Es espectacular”, decían los fanáticos.
La tarde caía y las luces se encendían. Aquella imagen era aún más imponente. Una hora antes del inicio ya estaba casi repleto. Las banderas, colocadas una en cada asiento, le daban otra mística.
Era una fiesta. Kramer sorprendió imitando a Gary Medel. “Me tiene para el hueveo (sic) hace rato”, diría más tarde el “Pitbull”. Tagle no daba más de la emoción. Su voz entrecortada lo reflejaba. Su bufanda era el amuleto.
El plantel saltó a la cancha al calentamiento y el Claro Arena explotó. La formación en voz del locutor del estadio dejó a Zampedri y Medel como los más ovacionados.
Hubo ceremonia. Se cortó la cinta y Tagle estaba eufórico. Antes del acto protocolar movió su bandera y fue abrazado por su familia. También un coro entonó el himno.
El show de luces y de fuegos artificiales fue espectacular. Mientras dos banderas gigantes acapararon las miradas. A las 20:04 comenzó oficialmente el primer partido en el nuevo estadio.
El primer gol pudo llegar a los 11 minutos. Clemente Montes estrelló el balón en el palo. Pero el primer grito de gol estaba reservado para una leyenda. Cabezazo furioso y a las 20:35 horas Fernando Zampedri inauguraba las redes en el Claro Arena. Emoción pura.
A la jugada siguiente hubo penal para Unión. Las pifias llegaron de inmediato y la felicidad aún más cuando la sanción máxima fue anulada tras revisión en el VAR. Todo era algarabía.
El mítico Adrián de los Dados Negros encendió el entretiempo. Cantó sus mejores éxitos y el público lo ovacionó. Se fue aplaudido y lleno de felicitaciones.
El complemento ofreció poco fútbol. En las tribunas seguía la fiesta. Y todo estalló otra vez con el gol de Eduard Bello. Fue el cierre perfecto para una noche mágica.
La despedida del plantel fue tremenda. El habitual cántico se escuchó con fuerza. Medel soltó lágrimas. Estaba muy emocionado. Los últimos minutos del partido fueron tremendos para el “Pitbull.
Se le notaba muy conmovido. Sus hijos lo acompañaron en todo momento, incluso cuando dejó la cancha y pasó por zona mixta para hablar con la transmisión oficial.
Los jugadores y miembros del club se fueron en éxtasis. Solo había felicidad. “Es un sueño cumplido”, dijo Zampedri. “Me quebré varias veces, solté lagrimones cuando salió el equipo a la cancha”, confesó Tagle. “Fue muy emocionante”, indicó Daniel Garnero.
Un día inolvidable para el hincha cruzado. El Claro Arena ya es una realidad.
Fuente: Emol