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Escarlatina en el contexto escolar

Priscilla Inostroza Salazar

Docente Carrera de Enfermería

Universidad Andrés Bello

La reciente aparición de casos de escarlatina en Talca, con cinco infectados confirmados en un liceo de la ciudad, expone nuevamente las vulnerabilidades de los entornos escolares frente a enfermedades infecciosas. La situación, que llevó en el caso de El Maule, a la suspensión temporal de clases y a la implementación de medidas preventivas, es un recordatorio de los riesgos asociados a la propagación de bacterias en lugares de alta concentración, como las escuelas.

Causada por el estreptococo del grupo A, es una enfermedad bacteriana que se transmite principalmente por vía respiratoria (a través de gotitas de saliva y secreciones respiratorias que se expulsa al toser, estornudar, hablar o al compartir utensilios) y que es la responsable también de causar la faringitis y amigdalitis bacteriana. Su presencia, aunque no frecuente, resalta la necesidad de mantener una vigilancia constante, especialmente cuando se trata de infecciones que pueden desencadenar brotes rápidos en comunidades cerradas como jardines infantiles y colegios.

Los síntomas, incluyen fiebre elevada, erupción papular eritematosa en la piel que inicia en el cuello y tórax para extenderse rápidamente por todo el cuerpo, a menudo descrita como “en papel de lija” que puede generar prurito o picazón, dolor de garganta intenso y “lengua de fresa” en pacientes con faringitis estreptocócica exudativa. Es importante que estos síntomas sean identificados de manera temprana para evitar complicaciones. Si bien la mayoría de los afectados se recupera sin mayores problemas con el tratamiento adecuado (el cual incluye antibióticos), el riesgo de complicaciones graves, como la fiebre reumática, obliga a una intervención médica rápida.

The doctor is examining the child’s skin for signs of illness.

El caso de Talca pone en evidencia la relevancia de tomar acciones preventivas dentro del ámbito educativo. El refuerzo de las medidas de higiene, como el lavado de manos y el uso de mascarillas en caso de sospecha, son herramientas eficaces para frenar la propagación. Sin embargo, estas medidas no deben ser excepcionales, sino parte de una cultura preventiva constante, que permita reaccionar de manera adecuada ante situaciones similares en el futuro. Es esencial que tanto autoridades sanitarias como responsables educativos trabajen de manera coordinada para proteger la salud de los estudiantes, pero también la de la comunidad en su conjunto.

Ante la sospecha de la enfermedad en ambientes escolares, es importante considerar no enviar al niño o niña a clases; si hay varios casos, notificar a la autoridad sanitaria; promover campañas de lavado de manos y control de síntomas en el aula y reforzar la comunicación familia–escuela ante síntomas sospechosos.

La aparición de estos casos debe considerarse un llamado a estar informados, a fortalecer los protocolos de salud pública y aumentar la concienciación sobre la prevención en el ámbito escolar. La forma en que se manejen estos casos determinará la capacidad de la comunidad para enfrentarse a futuros desafíos sanitarios de la mejor manera.

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