La ergoterapia, también conocida como terapia ocupacional, es una disciplina que ha cobrado cada vez más relevancia en los espacios de salud y cuidado de personas mayores, especialmente con el envejecimiento de la población. A través de actividades manuales y creativas, esta técnica busca mucho más que entretener: su objetivo principal es mejorar la calidad de vida de las personas, fortaleciendo sus habilidades físicas, cognitivas, emocionales y sociales.
Lejos de ser solo un pasatiempo, las actividades ergoterapéuticas permiten trabajar de manera simultánea distintas áreas de la persona. Maira Saez, terapeuta ocupacional de las residencias Senior Suites, explica que “En el ámbito físico ayuda a fortalecer la fuerza muscular, mejorar la coordinación y estimular la motricidad fina, habilidades esenciales para desenvolverse con mayor seguridad en la vida diaria.” En cuanto al área cognitiva, estas actividades aportan a procesos tan importantes como la memoria, la atención, la percepción y la capacidad de seguir instrucciones. Además, “tienen un alto valor emocional, ya que el sentimiento de logro que produce completar un proyecto o aprender una nueva técnica fortalece directamente la autoestima de las personas”, explica Saez.
Una de las principales características de la ergoterapia es su capacidad de adaptarse a cada persona o grupo. Las actividades se diseñan a partir de una evaluación previa, donde se consideran los intereses, habilidades y necesidades específicas de quienes participarán. Durante el desarrollo de las actividades estas se ajustan a cada persona, para que esta pueda desarrollarla a su ritmo.
La terapeuta ocupacional indica que la ergoterapia tiene diversas maneras llevarse a cabo, siendo las actividades más usuales el modelado con greda o arcilla, la confección de atrapasueños, la pintura de figuras de yeso, la creación de marcadores de página, la elaboración de bisutería, la preparación de recetas simples y, por supuesto, la pintura libre. “Todas estas acciones, más allá de su resultado final, permiten a las personas expresar su creatividad, ejercitar habilidades y, sobre todo, disfrutar de un espacio de bienestar, encuentro y reconexión con sus propias capacidades”, comenta Saez.
La ergoterapia es, a fin de cuentas, una invitación a mirar las actividades cotidianas desde otro lugar: como una herramienta de cuidado, desarrollo personal y fortalecimiento emocional. Una terapia que transforma lo simple en significativo y que, con creatividad y dedicación, puede hacer una gran diferencia en la vida de las personas.