Para nadie es un misterio las cifras de desempleo que afectan a nuestro país y que van en aumento. Sin embargo, es preocupante observar cómo la cifra de jóvenes sin trabajo llegó al 21,6% en el trimestre abril-junio de este año, con un alza de 1,5 puntos porcentuales, en relación al mismo periodo de 2024.
Pero como en toda crisis, siempre se abre una oportunidad para innovar. A nivel país, es clave potenciar programas que conecten directamente a los jóvenes con el mundo laboral, a través de capacitaciones inmersivas, que no solo entregan teoría, sino que permiten “vivir” la práctica y ganar confianza, sumado a programas de mentoría y coaching.
Un incentivo concreto por ejemplo es fortalecer el uso de la franquicia tributaria de la Ley 19.518, que permite a las empresas capacitar jóvenes en carreras técnicas sin costo para ellos, generando un beneficio mutuo: por un lado, se gana talento más preparado y empleable, mientras reciben herramientas concretas para crecer. También se pueden explorar alianzas público-privadas para crear academias de habilidades del futuro (digitales, blandas y técnicas), donde los trabajadores más noveles no solo adquieran conocimientos, sino también cuenten con experiencias formativas que los acerquen a la realidad laboral.
En el caso de los más jóvenes, la recomendación es ser flexibles y proactivos, considerando empleos de entrada que sean un trampolín hacia mejores posiciones, además de potenciar las habilidades blandas en materia de comunicación, liderazgo y trabajo en equipo, que son finalmente tan valoradas como el conocimiento técnico.
Mirar más allá de la experiencia previa y valorar la actitud, la disposición al aprendizaje y la capacidad de adaptación que caracteriza a esta nueva generación, puede marcar la diferencia para hacer frente a este silencioso panorama que debemos frenar cuanto antes.
Por Claudio Muñoz, Líder Eurofirms Capacitación