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El revés de Jarry: los 87 días que cambiaron su vida

Madrid, 19 de noviembre de 2019. Nicolás Jarry cae frente al argentino Guido Pella, por 6-4 y 6-3, en el primer punto de la serie de Copa Davis frente a Argentina. Apenas termina el partido, se produce una discusión entre miembros del equipo chileno y el encargado del control de dopaje. El funcionario quería realizar el examen inmediatamente, sin considerar que el tenista nacional debía saltar a la cancha para jugar el dobles tras el encuentro entre Christian Garin y Diego Schwartzman. “Recuerdo nítidamente ese momento. Hablamos con el doctor de que esto no podía hacerse entre partidos y terminaron accediendo. Le tomaron el examen después del dobles”, cuenta Sergio Elías, presidente de la Federación de Tenis de Chile, sobre la muestra que desataría el momento más amargo de la carrera del segundo singlista nacional.

La semana previa en la capital española había sido tranquila para el equipo. Nicolás Massú alternó su presencia entre la Finales de la ATP en Londres, junto a su pupilo Dominic Thiem, y la preparación del equipo de la Davis, siendo relegado por Marcelo Ríos en las prácticas en que se ausentó. El miércoles 13, Jarry se sometió a un primer control, que arrojaría negativo. Entremedio, según la versión de Nico y su familia, al tenista se le terminaron los multivitamínicos que consume hace un par de años y que son elaborados en Brasil. Su madre, Cecilia Fillol, llegó ese fin de semana a España con el frasco de repuesto. El mismo envase que hoy tiene en vilo el futuro deportivo del nieto de Jaime Fillol.

Brisbane, 4 de enero de 2020. Nicolás Jarry recibe una notificación a su teléfono móvil. El mensaje simplemente es un aviso para que ingrese al portal al que tienen acceso todos los tenistas. No le da mayor atención al mensaje y sigue preparando su participación en la ATP Cup, el certamen por equipos que nació como respuesta a la reformada Copa Davis de Piqué. Ahí, el actual 78 del mundo buscaba poner fin a una negra racha de derrotas, que se extendía desde que ganó el título del ATP 250 de Bastad, en julio pasado. Era un inicio de año distinto. Esta vez ya no estaba Martín Rodríguez, su tío, sino que el argentino Dante Bottini, ex coach de Kei Nishikori. Del cuerpo técnico antiguo, solo sobrevivía el fisioterapeuta brasileño Paulo Carvalho.

Dos días después, Nico recordó el mensaje y ahí se encontró con la funesta noticia: la muestra del 19 de noviembre fue enviada al laboratorio acreditado por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) en Montreal, Canadá, para su análisis, y se detectó la presencia del metabolito SARM LGD-4033 (Ligandrol) y el metabolito Stanozolol.

La noticia dejó helado a Jarry. A 11.815 kilómetros de Santiago y lejos de su familia, el tenista les comunicó a sus padres lo que sucedía. La Federación Internacional de Tenis (ITF) exigía máxima discreción. Sus compañeros en el equipo chileno no notaban nada raro. “Nico siguió jugando, a pesar de haber sabido esto. Si bien sabía la noticia, no estaba la suspensión. Estaba muy motivado, aprovechando cada instante con su nuevo entrenador. Y no solo quiso jugar la ATP Cup, sino que también la qualy de Adelaida”, explicaba Allan Jarry, su padre, el martes en la tarde, en una conferencia en la que reconocería entre sollozos que la familia estaba muy golpeada por la situación.

En su paso por Brisbane, el tenista de 24 años perdió sus tres partidos en singles, pero ganó dos en dobles. Para el último de ellos, la victoria en duplas junto a Alejandro Tabilo, ya estaba en conocimiento de su situación. Luego, fue a la qualy de Adelaida, donde venció al australiano John Patrick Smith y cayó ante el estadounidense Tommy Paul en la última ronda. Las numerosas bajas del cuadro principal hicieron que Jarry clasificara como uno de los mejores perdedores. Pero para que eso se concretara, debía firmar su ingreso el 13 de enero. Sin embargo, no lo hizo y de inmediato surgieron distintas elucubraciones: que se había lesionado o que prefería ir a Melbourne para tener más tiempo de preparación para el Abierto de Australia. Pero todas esas hipótesis quedaron muy cortas. A esas alturas, el ex 38º del mundo volaba de regreso a Chile.

***

Santiago, 14 de enero, 2.00 AM. Sergio Elías debió estirar la hora de dormir. Había algo que le impedía ir a la cama, una noticia que lo dejó estupefacto: la ITF le había avisado que Nicolás Jarry sería suspendido provisionalmente y que la decisión sería anunciada a las 3 PM, hora de Londres (11.00, en Chile).

Apenas supo, el dirigente, con cargo emérito en la entidad mundial tras ser parte del consejo directivo de la ITF, llamó al presidente David Haggerty para consultarle por qué se habían demorado tanto en notificar a las autoridades chilenas. “Me respondió que ellos también se habían enterado el lunes 13”, apunta Elías.

Sin embargo, la principal razón para trasnochar era tomar contacto con Nicolás Massú. Por las 14 horas de diferencia que hay con Melbourne, el timonel debió esperar hasta la madrugada para hablar con el capitán de Copa Davis.

“Ya sé por qué me llamas”, fue lo primero que le respondió el entrenador al mandamás de la Fetech. “Hablamos rápido, porque justo estaba entrando a la cancha Tabilo. Nico estaba muy sorprendido y, de un principio, me dijo que no había nada intencional. Me explicó bien la situación y me dijo lo que él pensaba. Nunca notó nada extraño”, revela el dirigente.

Tras oficializarse la noticia, Elías llama a Allan Jarry, quien en ese momento estaba en una escala en Lima. El padre del tenista le pidió al presidente de la Federación que no emitiera ningún comentario hasta que él llegara. Por mientras, el timonel arregló una cita entre el tenista y el presidente del Comité Olímpico, Miguel Ángel Mujica.

Un par de días antes, el resto de la familia se enteró de la noticia. Cecilia Fillol y Allan Jarry les comunicaron lo que pasaba y les dijeron que serían lo más transparentes posible ante la situación, porque no había nada que ocultar. Del mundo del tenis, también supo antes Gonzalo Lama, amigo del jugador y el primero que salió a respaldarlo públicamente. También se enteraron previamente los auspiciadores. Uno de ellos, Wilson, lo respaldó irrestrictamente, incluso si el veredicto termina siendo adverso. Los restantes, esperan la resolución final para definir su apoyo al tenista.

El miércoles en la tarde, Elías se reunió con Jarry y su padre para conocer su versión. “Nico me contó que uno de los dos elementos encontrados ni siquiera pudo ser cuantificado, porque era una dosis muy baja”, detalla el presidente. Horas más tarde, la Fetech le entregó un fuerte respaldo al jugador, basado fundamentalmente en la opinión de Massú y la del médico del equipo, Alejandro Orizola. Al día siguiente fue el turno de los compañeros de Copa Davis, cuestionados previamente por Lama por su prolongado silencio. “Todos queríamos hacer algo, pero teníamos que sumar al equipo técnico nos demoramos un poco en comunicarnos con todo el mundo, porque mucha gente estaba en diferentes países”, justifica Hans Podlipnik.

A cinco días del episodio que remeció al tenis chileno, Nicolás Jarry y el prestigioso estudio de abogados que lo representa intentan demostrar que hubo contaminación cruzada. Hoy, la meta no es cortar la mala racha tenística, sino que volver lo antes posible a una cancha y dejar atrás uno de los recuerdos más terribles de su vida.

 

FUENTE LA TERCERA

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