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Dos consejos de una mujer de 107 años para tener una vida prolongada y feliz

Si bien estamos viviendo un momento en que la esperanza de vida ha ido aumentando en muchos países del mundo, y Chile no es la excepción, parte de la sociedad continúa interesada en saber cuáles son las claves para extender la longevidad.

En algunos rincones del mundo hay personas que fácilmente tienen vidas más largas: las llamadas zonas azules, donde gran parte de los habitantes consigue vivir más de un siglo sin brindar cuidados de salud tan grandes o especiales. De ellas se dice que han conseguido ostentar el secreto de longevidad.

Sin embargo, saber cómo tener una vida prolongada no es lo único que importa. Hoy en día también se busca que esta también sea feliz, sentimiento o estado esencial en el bienestar de los seres humanos.

De eso sabe bien Shirley Hodes, una adulta mayor que a inicios de septiembre celebró sus 107 años en una residencia de Carolina del Norte, Estados Unidos. La mujer, además, tiene una hermana llamada Ruth Sweedler que también pasó el siglo de vida: tiene 103 años.

En diálogo con el canal CNBC, Hodes hizo hincapié en que “no todo el mundo tiene sus sueños hechos realidad”, por lo que si realmente las personas desean ser felices en sus vidas, incluso durante la etapa de la tercera edad o más allá, hay otras que deben ser contempladas “además de los sueños”.

No se trata de dejar de anhelar cosas, sino que más bien es tener expectativas aterrizadas de lo que realmente se puede controlar, contemplar lo que ya conseguimos en cada etapa y disfrutar de eso.

Acá, cuáles son los trucos que Hodes ha ido aplicando en su propia experiencia para tener una vida prolongada y feliz.

Qué hace una mujer de 107 años para una vida más larga y feliz

1. Sentirse como una persona afortunada. A su edad, Hodes debe lidiar con algunas condiciones: tiene ceguera, sordera y en ocasiones se le dificulta un poco moverse. Pese a eso, la mujer mantiene intacta tanto su curiosidad como su asombro. Con la ayuda de los audífonos, puede oír lo que otros le conversan dentro de la casa de reposo.

Algo muy importante que la estadounidense ha incorporado en su mentalidad a medida que ha ido envejeciendo es que intenta no enfocarse en lo que tiene el del lado, sino que más bien en lo que tiene dentro de su propia vida y sentirse agradecida todos los días por ello.

En su caso, a pesar de que siente que no pudo hacer varias metas que hubiera deseado, como ir a la universidad, hay una larga lista de otros logros que sí consiguió en su camino.

“Tienes que evaluar lo que tienes, lo especial que es y lo afortunado que eres”, asegura.

Hodes, en concreto, cree sentirse agradecida por actividades cotidianas que para otros quizás no tendrían tanta importancia: dar paseos, observar películas, escuchar audiolibros y poder comunicarse quienes más ama, como su hermana Ruth y su hija.

“No espero que esta maravillosa vida dure mucho más, estoy al límite ahora. Lo que será, será. Lo importante es disfrutarlo y apreciarlo”, concluye.

2. Concentrarse en lo positivo. No es extraño que cuando algo que se planeó sale mal o no es suficiente como se veía según las expectativas, las personas se enfoquen en esa negatividad y les cueste un poco seguir adelante.

Para Hodes, vivir de esa forma no trae ningún tipo de beneficio en la vida. “Tienes que concentrarte en lo positivo”, señala.

Por ejemplo, cuando ella misma está percibiendo que tiene pensamientos negativos que no la llevarán a ningún lugar, intenta cambiarlos de dirección. En esos momentos, Hodes reflexiona que algunos planes pueden no funcionar del todo bien, pero que la prioridad es tener fortaleza y poder reajustar los deseos o sueños para poder continuar.

“Creo que moriré sabiendo y dándome cuenta de lo afortunada que he sido, de que he tenido lo mejor, lo mejor. Cuando pienso en mi vida y sus maravillas, me siento muy agradecida”, sentencia la estadounidense.

Fuente: La Tercera

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