Mónica Oyarzún Salinas
Académica carrera de Terapia Ocupacional
En el marco del Día Mundial de Acción por los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), que se conmemora cada 2 de junio bajo el lema “Desafiando Prejuicios y Acompañando a Familias”, se hace un llamado urgente a visibilizar y abordar esta problemática de salud pública que afecta a un número creciente de personas en Chile, especialmente adolescentes y jóvenes.
A la fecha, se estima que entre el 6% y el 10% de los adolescentes presentan algún tipo de TCA. en Chile y las consultas por TCA aumentaron un 30% en adolescentes chilenos, durante la pandemia de COVID-19. Factores tales como, el aislamiento, el incremento del uso de las RRSS, sumada a una mayor exposición a figuras de influencers negativos, que centran la información en cánones sobre la imagen corporal y estándares de éxito, se encontrarían los componentes del aumento de este trastorno.
En Chile se han realizado avances con respecto al tema. El año pasado la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile (SONEPSYN) marcó un hito con el lanzamiento oficial de la guía nacional para el diagnóstico y tratamiento de los TCA, promoviendo un abordaje actualizado, profesional e interdisciplinario frente a esta problemática de salud pública sin embargo aun se requieren acciones en desmitificar y desestigmatizar estos cuadros. Conceptos como que los “Los TCA no son una moda ni una etapa normal de la adolescencia”, no contribuyen al abordaje oportuno y tratamiento precoz de estos cuadros.
Es por estos mitos que se requiere visibilizar la gravedad de los TCA y comprender esta enfermedad produce un alto nivel de sufrimiento (tanto a las personas como sus cuidadores), además de cambios cerebrales a nivel estructural, funcional, cognitivo y emocional y una elevada tasa de riesgo de muerte por suicidio.
Este 2 de junio, en mi rol de como profesional de la salud y docente, motivo a la población a informarse, empatizar y consultar oportunamente, existe evidencia de que una detección y tratamiento precoz, el trabajo interdisciplinario y el acompañamiento a las familias son pilares clave en el tratamiento de los TCA sobre todo en población más vulnerable, como es la adolescencia.