Este 26 de julio conmemoramos el Día del Camionero, una fecha que nos invita a reflexionar sobre quienes mantienen conectado nuestro país de Arica a Punta Arenas. Sin embargo, este reconocimiento llega en un momento donde los desafíos que enfrentan estos abnegados hombres y mujeres han alcanzado dimensiones preocupantes.
Los camioneros (as) chilenos han demostrado una capacidad de adaptación admirable. Día a día enfrentan largos trayectos, condiciones climáticas adversas y, lamentablemente, una realidad que no debería existir: crecientes riesgos de seguridad por la delincuencia en las rutas. Esta situación ha transformado profundamente la industria del transporte.
Las cifras hablan por sí solas: en apenas dos años, los gastos en seguridad han aumentado entre 15% y 20%. Algunas regiones, como La Araucanía, han quedado prácticamente excluidas del sistema de seguros comerciales. Esto no solo representa un gasto adicional, sino una fragmentación territorial que amenaza la integración económica nacional.
Ante esta realidad, se hace urgente entender que una economía competitiva requiere una “logística sin incertidumbre”: un sistema donde las decisiones se basen en eficiencia operativa, no en niveles de riesgo delictual. Cuando transportar insumos o alimentos requiere el mismo nivel de protección que trasladar valores, algo fundamental se ha roto en nuestro sistema.
Pese a estos obstáculos, los camioneros mantienen su compromiso inquebrantable. No solo transportan mercancías; mueven la economía completa del país, conectando productores con consumidores, industrias con mercados. Su dedicación permite que los clientes confíen en que sus productos llegarán a tiempo y en perfectas condiciones, pese a las circunstancias adversas.
Pero más allá de su importancia económica, detrás de cada camión hay una historia personal: familias que esperan el regreso seguro de padres y madres que pasan días en la carretera, conductores que han visto cambiar las rutas que conocían de memoria, empresarios del transporte que deben tomar decisiones sobre seguridad que nunca imaginaron necesarias. Muchos han tenido que modificar sus horarios, evitar ciertos tramos o invertir en medidas de protección que antes eran impensables.
En este Día del Camionero, nuestro reconocimiento va acompañado de un llamado urgente: necesitamos recuperar las garantías básicas que permitan que estos trabajadores desarrollen su labor sin temor. El verdadero homenaje será cuando puedan concentrarse en lo que mejor saben hacer: mantener Chile conectado y en movimiento.
Felipe Miranda Rendic
Country Manager
Logisfashion Chile