Pranaiya Oulapathorn era una mujer con un gran futuro por delante. Recién se había convertido en madre, sin embargo, ese crucial momento se vio opacado por los estragos de una depresión posparto que le costó la vida y la de su hijo.
Es una historia que nos invita a reflexionar sobre la crudeza de este trastorno, que según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a más de una de cada 10 mujeres.
Sin lugar a dudas, la lucha de Pranaiya tras recibir a su hijo Arthur es una que nos remece en lo más profundo, y que obliga a replantearse los cuidados que las madres deben recibir durante los primeros meses de su puerperio.
Ésta es la historia de Pranaiya Oulapathorn y cómo la depresión posparto se llevó su vida y la de su bebé de cinco meses.
La llegada de Arthur
En marzo de 2021, la pareja compuesta por el inglés Hamish Magoffin y la tailandesa Pranaiya Oulapathorn vivió uno de los días más inolvidables de sus vidas.
Ese mes recibieron a su primer hijo, Arthur, a quien habían esperado por largos meses llenos de ilusión y en medio de una pandemia.
Las primeras semanas parecía que todo marchaba bien. Los padres primerizos de a poco se acostumbraban a la nueva rutina con el bebé, sin embargo, de un momento a otro todo comenzó a ennegrecerse.
La madre de 37 años comenzó a experimentar altos niveles de ansiedad respecto de su recién estrenada maternidad, lo que le provocó dificultades en su día a día.
Insomnio y tinnitus
Pranaiya, una profesional exitosa graduada de la Universidad de Oxford -donde conoció a su marido-, era reconocida por ser ambiciosa y motivada. Antes de dedicarse al negocio familiar, trabajó en un importante banco de su país natal y destacó por su fuerza y desempeño.
La joven estaba acostumbrada a tener control en su vida y entorno. No obstante, la llegada de la maternidad vino a echar por tierra su zona de confort, y a demostrarle que el cambio es lo único constante.
Por más que lo intentara, las cosas no siempre salían como ella quería. Comenzó a sentirse desbordada y su ansiedad subió por las nubes. El primer gran desafío fue amamantar, ya que tenía problemas para alimentar a Arthur con su leche -sus conductos se le obstruían y se obsesionó con extraerse el líquido para aumentar su producción-.
“Se obsesionó con esto y empezó a presionarse para intentar conseguir la mayor cantidad de leche materna posible”, señaló Magoffin en una entrevista exclusiva al medio CNN.
Como resultado de este estrés, la mujer desarrolló insomnio y tinnitus, aquella sensación de un sonido de timbre u otros ruidos en uno o en ambos oídos, según explicó la Clínica Mayo.
Dificultades para salir de la cama
Tras varias semanas de ensayo y error, los padres decidieron dejar de amamantar a Arthur y optar por la leche de fórmula.
Pensaron que esta decisión disminuiría los niveles de ansiedad de Pranaiya y mejoraría su capacidad de dormir por las noches, pero pese a los esfuerzos nada mejoraría.
Según recordó su esposo, el cambio “Fue terrible. Su sueño se vino abajo”, explicando que la preocupación consumía a su señora, a quien le costaba cada vez más hacer las cosas del día a día.
La madre, recordada por haber sido una mujer activa, pronto tuvo problemas para salir de su cama.
Además, comenzó una ardua lucha contra una serie de pensamientos intrusivos, entendidos como “ideas o imágenes no deseadas, involuntarias, que llegan de manera espontánea a la mente” y que suelen ser desagradables (atemorizantes, obsesivos o inquietantes), según informó la web especializada Psyciencia.
Ideas suicidas
En julio de 2021, y a pesar de que los médicos dijeron que “estaba bien” tras recetarle medicamentos para el insomnio y tinnitus -los cuales no surtieron efecto-, Magoffin veía cómo el recuerdo de su esposa se iba desvaneciendo.
La mujer estaba excesivamente preocupada de la crianza de su hijo y de que todo estuviera bien. “Temía no ser una buena madre”, afirmó su hermana hermana mayor, Pongnadda ‘Pong’ Oulapathorn, quien agregó que la madre primeriza se obsesionaba con cualquier detalle relativo al crecimiento de su bebé.
Pranaiya alcanzó un punto bajo a mediados de dicho mes, cuando reconoció a sus cercanos que no se sentía bien. En ese momento, se reunió con una amiga de la familia que sufrió depresión posparto y posteriormente salió adelante.
Sin embargo, un par de semanas después la situación se volvió oscura. La madre comenzó a plantear su anhelo de desaparecer, de que las cosas volvieran a ser como antes, de que no quería tener a Arthur -entonces de 4 meses- cerca de ella.
Magoffin declaró que lo que más lo inquietó fue la forma en que expresaba estos deseos. Fue entonces que la madre aceptó la ayuda profesional.
Intentos de tratamiento
Tras pasar por dos expertos cuyos tratamientos no ayudaron a Pranaiya, llegaron a un tercer profesional que pudo ver cuán delicada era su situación.
Corría agosto cuando un nuevo médico alertó a la familia que la salud de la madre se había deteriorado hasta un punto preocupante, en el que la atención especializada era la opción más viable.
Le recomendaron un tratamiento en un hospital de salud mental privado en Bangkok, tras diagnosticarla con depresión posparto.
“Sus síntomas, incluidos los pensamientos suicidas, los problemas para dormir y la falta de energía o de interés por las actividades, correspondían con los de un trastorno depresivo grave”, informaron desde CNN.
Tras ello, le recetaron dosis altas de antidepresivos, sesiones de estimulación magnética transcraneal -terapia no invasiva que emplea impulsos eléctricos para estimular aquellas partes del cerebro que son afectadas en la depresión- y terapia artística.
Dos semanas después, la tailandesa parecía sentirse mejor con el tratamiento indicado. Experimentaba menos episodios de depresión grave, aunque persistía ansiosa y deprimida.
Pese a los avances, la familia decidió no dejar internada a Pranaiya debido a los protoclos Covid, que restringían las visitas.
Haciendo memoria del caso, el médico que trató a Pranaiya -y quien no quiso ser individualizado- afirmó que a la mujer le habría beneficiado ser hospitalizada por el período que se necesitara.
Día finales
Considerando que su esposa no era capaz de levantarse de la cama, Magoffin quedó encargado de su bebé mientras familiares cuidaban de Pranaiya.
En un intento por cambiar la situación que atravesaba la mujer, su hermana ‘Pong’ la invitó de viaje a fines de agosto a una ciudad costera al sur de Bangkok, con la esperanza de que el nuevo aire fuera beneficioso.
Juntas pasaron unos días agradables, en los que a Pranaiya se le vio más sonriente. Incluso, los últimos días Magoffin y Arthur se sumaron a la travesía y disfrutaron junto a la madre en la playa.
Pero la situación llegó a un punto de no retorno que muchos no querían enfrentar.
Al día siguiente de su regreso a Bangkok -y, en definitiva, a la agobiante rutina-, el matrimonio comenzó a centrarse en los preparativos para la celebración de sus 10 años de relación.
Esa mañana Magoffin dejó solos a Pranaiya y Arthur mientras tomaba un baño al interior de la vivienda que compartían, sin imaginar que sería la última vez que los vería con vida.
En los minutos siguientes, la madre decidió quitarse la vida junto a su bebé de casi seis meses.
La crudeza de la depresión posparto
Tras el nacimiento de un bebé, es normal que las mujeres atraviesen por un período denominado tristeza posparto o “Baby Blues”, el cual se caracteriza por los cambios leves en el estado de ánimo, así como sentimientos de preocupación, infelicidad y agotamiento que muchas pueden experimentar durante las primeras dos a tres semanas tras dar a luz, según explicó el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos.
No obstante, cuando estos síntomas se prolongan más de lo debido o incluso empeoran, es probable que la afectada enfrente una depresión posparto.
Se trata de “una depresión de moderada a intensa en una mujer después de que ha dado a luz y se puede presentar poco después del parto o hasta un año más tarde. La mayor parte del tiempo ocurre dentro de los primeros tres meses después del parto”, informó la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. en su página web.
Si bien se desconocen sus causas exactas, se cree que está relacionada con cambios en el cuerpo a raíz del embarazo y el parto, cambios en las relaciones laborales y sociales, tener menos tiempo y libertad para sí misma, y/o la falta de sueño y/o preocupaciones acerca de su capacidad para ser una buena madre, informó la Biblioteca.
Según Chris Raines, enfermera psiquiátrica perinatal y presidenta de la junta directiva de Postpartum Support International -organización que difunde información sobre este trastorno y que presta ayuda a las afectadas-, el deseo de volver a tener la vida que disfrutábamos antes de ser madres es un sentimiento muy común.
Agregó que muchas piensan en la posibilidad de dar a sus hijos en adopción. Afirman que “esto no es lo que quería. Esto no es lo que esperaba. Pensaba que esto era lo que quería hacer, pero no lo es”, declaró.
La enfermera añadió que “Se necesita tiempo para ayudarlas a entender que no es ella la que habla, que es la ansiedad y la depresión y los cambios químicos los que hablan”.
Generando conciencia sobre la depresión posparto
Tras la muerte de su señora y de su hijo, Magoffin y la familia de Pranaiya están enfocados en difundir más información y apoyar la investigación en torno a la depresión posparto.
El padre creó una fundación en honor a ambos, la Pranaiya & Arthur Magoffin Foundation (PAM, por sus siglas en inglés), con el objetivo de generar conciencia sobre este trastorno y desarrollar programas que otorguen mayor atención y educación.
Como una especie de duelo, y para dar a conocer el trabajo de la fundación, este año el padre de Arthur llevó a cabo una carrera de más de mil 300 kilómetros a pie y en bicicleta a lo largo del Reino Unido. En los 17 días de la travesía, recaudó más de 63 mil dólares en donaciones.
“Después de perderlos, lo único que pude hacer fue salir a caminar. Solo un pie delante del otro. Ni siquiera tenía ganas de correr ni de hacer nada, solo de caminar despacio”, mencionó Magoffin a CNN.
Precisamente, en el último punto de su viaje el viudo tuvo un momento de serenidad en el que observó el mar, rememorando a Pranaiya y su bebé. En ese entonces, recordó lo que su esposa le puso en una de sus notas de despedida antes de quitarse la vida: “Tú eres mi felicidad”.
“Munchkie -como le decía de cariño-, quiero que sepas cuánto te amo. Tú también eres mi felicidad”, respondió él durante el funeral de su esposa e hijo, como una forma de transmitirles que el amor entre ellos pasará las fronteras de la vida y la muerte.
Fuente: BioBioChile