Para la Fiscalía, el exmagnate de la música Sean “Diddy” Combs es un “delincuente violento”, la otra cara del icono cultural y hombre de negocios. Para la defensa, el caso que lo ha sentado en el banquillo por tráfico sexual y asociación ilícita, se reduce a un problema de “amor, celos, infidelidad y dinero”.
Los 12 miembros y seis suplentes del jurado que sellarán la suerte del empresario de 55 años, también conocido como Puff Daddy y P. Diddy, se enteraron de sus arrebatos explosivos y de su intento de preservar su reputación y del poder que le brindaba su fama a golpe de sobornos.
El equipo de defensa del fundador de la discográfica Bad Boy (Chico malo) insistió en que, aunque parte de su comportamiento era cuestionable —y en ocasiones suponía maltrato doméstico—, no llegaba a constituir una prueba de los delitos de chantaje y tráfico sexual de los que se le acusa.
Combs se ha declarado inocente de todos los cargos, incluida la acusación de asociación ilícita que supuestamente dirigió para cometer delitos sexuales en los que no faltaban orgías con drogas mediante el uso de la fuerza, amenazas y violencia.
La fiscal Emily Johnson alegó que Combs golpeó “brutalmente” a su expareja, la cantante Casandra “Cassie” Ventura, y la amenazó con publicar vídeos de ella participando en elaborados “delirios” sexuales si lo desafiaba.
Johnson también dijo que Combs había incendiado el auto de un hombre y colgado a una mujer de un balcón, y que había exigido cosas imposibles tanto a sus amantes como a sus empleados.
Para su abogada Teny Geragos, se trata de un caso “sobre amor, celos, infidelidad y dinero” y describió a las acusadoras de Combs de “mujeres capaces, fuertes y adultas”. Además, señaló que su relación con Ventura era “tóxica”, aunque “entre dos personas que se amaban”.
El primer testigo en subir al estrado fue Israel Florez, un policía de Los Ángeles que respondió a la llamada de “una mujer en apuros” el 5 de marzo de 2016 en el Hotel InterContinental. Con su testimonio, la fiscalía presentó imágenes de una cámara de seguridad en las que se ve a Combs cubriéndose con una toalla, persiguiendo a Ventura por un pasillo del hotel y golpeándola.
Florez dijo que después de que acompañó al rapero a su habitación, Combs le ofreció un fajo de billetes. “Me decía: ‘no se lo digas a nadie”, confesó el agente, que entendió que se trataba de un soborno.
A Florez le siguió en el estrado un bailarín que mantuvo relaciones sexuales, a menudo a cambio de dinero, con Combs y Ventura desde 2012 hasta aproximadamente finales de 2013. Daniel Phillip describió sus encuentros con la pareja, que generalmente implicaban sexo con Ventura mientras Combs miraba.
Phillip contó que Combs abusó físicamente de Ventura delante de él. “¿Por qué hace esto, por qué se queda con este tipo?”, Phillip recuerda haber pensado. “Intenté explicarle que corría verdadero peligro si se quedaba con él”, dijo.
De ser declarado culpable, el otrora productor de rap y superestrella mundial, a quien a menudo se le atribuye haber llevado el hip-hop a la cima de la música, podría pasar el resto de su vida en prisión.
FUENTE MEGANOTICIAS