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Cuál es la relación entre el ayuno intermitente y el Alzheimer, según estudio

Cuando escuchamos la palabra Alzheimer, de inmediato podríamos asociarla a la destrucción de la memoria y el pensamiento. Pero esta enfermedad, que es progresiva e irreversible, tiene otras características que son relevantes para comprenderla de mejor forma.

Una de ellas tiene que ver con la suspensión del ritmo circadiano que tiene el organismo, es decir, los cambios que ocurren en el cuerpo en un ciclo de 24 horas para regular el sueño y la vigilia. Aquello se traduce en que casi todas las personas con esta afección neurodegenerativa pueden experimentar problemas para conciliar el sueño en las noches y también ven agravada su función cognitiva.

Hasta el momento, científicos no habían logrado descubrir una terapia que fuera capaz de enfrentar esa particularidad en el Alzheimer. Sin embargo, un estudio reciente podría dar nuevas luces sobre ello.

Un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) descubrió que la alimentación restringida en el tiempo, que se entiende como una clase de ayuno intermitente en que se limita el tiempo de alimentación a un período determinado, puede ser capaz de aliviar la interrupción del ritmo circadiano.

“Durante muchos años, asumimos que las alteraciones circadianas que se observan en las personas con Alzheimer son el resultado de la neurodegeneración, pero ahora estamos aprendiendo que puede ser al revés: la alteración circadiana puede ser uno de los principales impulsores de la patología del Alzheimer”, expresó Desplats, de acuerdo al sitio de la UC San Diego.

El Alzheimer afecta el ritmo circadiano del cuerpo.

“Esto hace que las interrupciones circadianas sean un objetivo prometedor para los nuevos tratamientos contra el Alzheimer, y nuestros hallazgos proporcionan la prueba de concepto de una manera fácil y accesible de corregir estas interrupciones”, agregó la experta.

El estudio, publicado en la revista Cell Metabolism, fue liderado por la doctora Paula Desplats. Otros investigadores que participaron fueron Daniel Whittaker, Laila Akhmetova, Daniel Carlin, Haylie Romero, David K. Welsh y Christopher S. Colwell.

Cómo se realizó el estudio

Según detalla un artículo de la universidad estadounidense, para lograr sus hallazgos los investigadores realizaron ensayos con ratones que tenían la enfermedad de Alzheimer. En concreto, lo que hicieron fue alimentar a los roedores en intervalos específicos, por lo que podían solo acceder a comida seis horas al día. En el caso de los humanos, es como si eso fuera un ayuno que se extiende por 14 horas.

Luego, al comparar a los ejemplares del grupo control, los roedores que tenían una alimentación restringida presentaron múltiples ventajas: mejor memoria, menos hiperactividad por la noche y un sueño mucho más regulado. Asimismo, ese grupo que fue intervenido experimentó un desempeño más avanzado en las pruebas cognitivas.

Con respecto al nivel molecular, los científicos hallaron que los genes de la enfermedad neurodegenerativa se presentaban de formas distintas entre los dos grupos. Otro hallazgo significativo fue que la alimentación restringida permitió disminuir la dosis de proteína amiloide en el cerebro, que corresponde a un elemento clave en el desarrollo del Alzheimer.

Debido al impacto que tuvo el ayuno intermitente en la enfermedad durante los experimentos, los especialistas tienen esperanza en que esto pueda conducir a ensayos en humanos. La idea, en el fondo, es poder entregar una solución a los pacientes con este tipo de demencia.

“Si podemos reproducir nuestros resultados en humanos, este enfoque podría ser una forma sencilla de mejorar drásticamente la vida de las personas que viven con la enfermedad de Alzheimer y de quienes los cuidan”, detalla Desplats.

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