Una preocupante ola de robos a vehículos estacionados en las inmediaciones de los colegios San Francisco de la Selva y San Agustín, en Copiapó, ha encendido las alarmas entre apoderados y trabajadores del área. El patrón delictual, que se repite con frecuencia, involucra el uso de inhibidores de señal para desactivar las alarmas de los autos, permitiendo el acceso sin forzar cerraduras ni romper vidrios. Esta modalidad, silenciosa y efectiva, ha dejado a numerosas víctimas sin pertenencias y con una sensación de vulnerabilidad creciente.
Una apoderada que fue víctima de este tipo de robo, relató con detalle a Nostálgica, el momento en que se dio cuenta de que su vehículo había sido vulnerado mientras realizaba una compra rápida en una bencinera, ubicada en la intersección de Francisco de Aguirre con Los Carreras.
La afectada no se quedó de brazos cruzados. Tras realizar la denuncia en Carabineros, se encontró con una respuesta insuficiente por parte de la institución, que no habría acudido a retirar las imágenes de seguridad del lugar. Ante esto, Marjorie gestionó personalmente la obtención del material audiovisual y decidió llevarlo directamente a Fiscalía, con la esperanza de que se agilice el proceso investigativo.
Este caso no es aislado. Según testimonios, varios apoderados han sido víctimas de robos similares en el mismo sector. Algunos han sufrido el robo de objetos personales, mientras que otros han visto cómo sus vehículos eran violentados con rotura de vidrios. La situación se repite especialmente en horarios de ingreso escolar, cuando los adultos dejan a sus hijos en los colegios del área y estacionan brevemente en esas zonas.
La comunidad escolar comienza a organizarse para exigir mayor presencia policial y medidas preventivas. La falta de respuesta institucional ha generado frustración entre los afectados, quienes sienten que sus denuncias no reciben la atención que merecen. Algunos trabajadores del sector también han sido víctimas, lo que refuerza la idea de que se trata de una zona crítica que requiere intervención urgente.
Este tipo de delitos, que se ejecutan con tecnología especializada como los inhibidores de señal, representan un desafío para las autoridades. La sofisticación del método y la rapidez con que se cometen los robos dificultan la persecución penal, especialmente cuando no se actúa con celeridad en la recopilación de pruebas.
La entrega directa de antecedentes a Fiscalía por parte de Marjorie podría marcar un precedente importante. Su decisión de enfrentar el miedo y visibilizar el problema ha motivado a otros apoderados a compartir sus experiencias y considerar acciones legales. Mientras tanto, la comunidad espera que las autoridades respondan con medidas concretas que devuelvan la seguridad a un sector que, hasta hace poco, era considerado tranquilo.