Setenta años de historia concluyeron forzosamente esta semana. La icónica multitienda Corona, fundada en 1955, cerró todos sus puntos de venta a lo largo del país y dejó a alrededor de 1.800 trabajadores directos sin empleo, según lo que indicó la empresa.
La firma pasaba por una difícil crisis financiera, que intentó enfrentar con una reorganización, plan que fue aprobado por sus acreedores tras un proceso judicial. Sin embargo, Sus planes se frustraron cuando no consiguió los $22 mil millones que requería para concretar el proceso.
Con la certeza del cierre, Corona anunció un remate, con “todo a 5 lucas” y la implementación -posteriormente- de la modalidad 3×2. Miles de personas llegaron a las tiendas, fuera de las cuales se formaron largas filas.
Y si bien bajar las cortinas de manera definitiva estaba planificado para el 10 de julio, la decisión se terminó adelantando: Corona dejó de operar el 2 de julio, causando congoja en varios de sus trabajadores.
“Es difícil poner en palabras todo lo que significó este camino. Fueron años intensos, llenos de aprendizajes, desafíos y crecimiento”, escribió en su cuenta de LinkedIn Karen Poblete, exjefa de servicio de atención al cliente de la multitienda.
La historia de Corona está llena de hitos. Fue el inmigrante judío-holandés Leonardo Schupper quien fundó a mediados de los 50 la tienda en Concepción, inicialmente inclinada hacia sastrería y fabricación textil. Durante las décadas de 1960 y 1970, Corona se consolidó como una multitienda enfocada en la venta de ropa. Y en la década de 1980, debido a la crisis económica en Chile, abandonó definitivamente la fabricación textil, para enfocarse solo en el comercio minorista.
En las primeras décadas del 2000 fue su apogeo. Es que en el nuevo milenio -y ya con los hijos del fundador a cargo- la multitienda vivió un crecimiento constante, alcanzando una facturación anual de aproximadamente US$400 millones en 2016. Pero tras el estallido y la pandemia la firma no pudo recuperarse. Desde entonces intentó no caer en quiebra, hasta que ocurrió lo inevitable.
La caída de Corona encendió las alarmas. Es que es un golpe al empleo -mayor al de cifra entregada por la empresa- y una advertencia para el retail mediano, que enfrenta desafíos que lo amenazan con hacer desparecer.
El golpe al empleo
Según Corona, alrededor de 1.800 personas quedarán sin empleo tras el cierre de sus tiendas. Pero en realidad -al considerar los trabajos director e indirectos- la suma asciende a más de 6.000, según fuentes empresariales y gubernamentales.
De sus 51 tiendas 14 estaban en la Región Metropolitana (RM), pero en otras regiones también tenía una fuerte presencia. En Coquimbo, por ejemplo, tenía 4; en Valparaíso, 8; en O’Higgins, 4, mismo número que en el Biobío. En las demás, al menos tenía una.
De ahí viene la preocupación por los efectos laborales. Es ahí quienes creen que se podría sentir con más fuerza en regiones.
En cualquier caso, el Gobierno intentará ayudar a la reinsersión laboral, tal como, en conversación con Emol TV, lo señaló el Ministro del Trabajo, Giorgio Boccardo, quien agregó, en todo caso, que para llevar adelante esa tarea necesitará la colaboración de la firma.
El secretario de Estado dijo además que la empresa debe cumplir con los finiquitos y pagar las deudas previsionales y salariales. “Si hay convenios colectivos estos se tienen que respetar”, indicó también.
Óscar Olivares, doctor en Derecho y académico de la U. Autónoma señala al respecto que “los procesos de liquidación concursal los trabajadores gozan de preferencia de primera clase para el pago de sus prestaciones e indemnizaciones”.
En esa línea, advierte de un revés que podrían sufrir los trabajadores. Es que “dicho derecho -dice- queda condicionado a los fondos obtenidos durante la liquidación de los bienes de la empresa, los cuales deben distribuirse entre todos los acreedores, por lo que el pago de las obligaciones laborales siempre es un por cantidad muy inferior a la que corresponde al trabajador”.
“Si bien el empleador debe pagar las remuneraciones y cotizaciones respectivas, tratándose de las indemnizaciones legales por término de la relación laboral, como es la indemnización sustitutiva y los años de servicios, carece de la capacidad económicos para responder a dichas obligaciones, de modo que los trabajadores recibirán durante la etapa de verificación de créditos un monto inferior al que debiese pagárseles”, precisó.
¿Retail mediano en peligro?
Además del golpe al empleo, expertos ven que los desafíos que enfrenta el retail mediano son enormes. Es que los nuevos competidores, las compras onlines y los bajos precios en algunos mercados estarían corroyendo a este tipo de tiendas. O al menos amenazan con hacerlo.
“La fuerte entrada de plataformas digitales y la irrupción de nuevos actores como los marketplaces asiáticos, junto a tiendas chinas presenciales, han aumentado fuertemente la competencia, presionando aún más los márgenes y acelerando el cambio en las preferencias de compra”, dice al respecto Bernardita Silva, gerenta de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio (CNC).
Con su análisis coincide Jorge Bullemore, profesor de la Escuela de Negocios ESE de la Universidad de los Andes. A su juicio estas tiendas se ven enfrentadas a una “competencia, no solo en las tradicionales grandes tiendas como Falabella, sino que también los grandes marketplace como Mercado Libre, Ali Express, e incluso tiendas especializadas que venden por redes sociales”.
Habla además de que existe una “fragilidad del modelo tradicional con foco en volumen físico, y sin mayor diferenciación. Lo que compro en Corona fácilmente lo puedo comprar en Mercado Libre y otras plataformas”.
Mientras, Gonzalo Escobar, académico de la FEN de la Unab y doctor en Derecho y Administración dice que estas empresas, al tener una escala más pequeña implica que no tengan “capacidad de competir en con estos actores más relevantes”.
Lo mismo ve Christian Diez, investigador del Centro de Estudios del Retail (CERET) de Ingeniería Industrial de la U. de Chile. Según señala, los “clientes tienen muchas opciones. A las multiendas y tiendas especializadas tradicionales se han sumado una gran cantidad de competidores con precios muy bajos o gran variedad de productos: tiendas chinas presenciales como Lida y Family Shop, o alternativas online como Shein, Temu, AliExpress, Mercado Libre (y) Amazon”.
“Además -añade- la demanda está estancada debido al mayor desempleo y algo de pérdida de poder de compra de los sueldos con respecto a la inflación. En particular, esta situación es mucho más marcada en los grupos socioeconómicos C3D, que forma una parte importante del segmento objetivo de retailers como Corona”.
¿Qué queda para el futuro?
Diez dice que “los retailers deben redefinir su segmento objetivo y ajustar sus propuestas de valor al cliente”. En todo caso, recalca que es difícil no correr los mismos riesgos de Corona. “La evolución de la demamda y el contexto es bien conocido por la industria, no creo que Corona no haya estado atento, intentó varias cosas para ajustarse pero no fue suficiente”, indica.
Francisco Labarca, docente de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, en tanto, sostiene que “los principales desafíos del segmento son básicamente lograr proyectar una estabilidad financiera, en un contexto en donde el mercado laboral se ha visto en deterioro. Si bien hemos visto la ultima semana una corrección (baja) del dólar, durante el año ha estado en un nivel relativamente alto para el precio del cobre en la actualidad. Lo que afecta en gran medida al retail y en especial a este segmento al momento de importar los productos”.
“Deben estar atentos -dice por su parte Silva- a fortalecer su liquidez y acceso a financiamiento, invertir de manera decidida en transformación digital y revisar su estructura de costos para mantener competitividad. También es clave entender al nuevo consumidor, fidelizarlo y diferenciar su propuesta, porque quedarse solo en el formato tradicional es un riesgo cada vez mayor”.
Fuente: Emol.com