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Chileno campeón mundial de paranatación narra su historia de superación y cuenta cómo arriesgó su vida para competir en Tokio

El destacado deportista conversó con Agenda Deportes Emol TV.

Vicente Almonacid vive el mejor momento de su carrera. El chileno se consagró campeón mundial de paranatación en 100 metros de estilo pecho. Hizo un tiempo de un minuto, 11 segundos y 57 centésimas.

En entrevista con Agenda Deportes Emol TV, el atleta repasó su vida.

Yo nací con un tumor en el dedo índice de la mano izquierda. A los cinco años fue mi primera intervención, me amputaron el dedo. De a poco fueron amputando partes de mi cuerpo. Me sacaron la escápula, la clavícula, en la última vez el tumor estaba cerca de la garganta. Para mí ya no es algo nuevo operarme”, afirmó.

Almonacid contó que muchas personas le escriben y que le reconforta pensar que se inspiren en él.
“Hoy (jueves) conversé con la mama de un niño al que también le amputaron un brazo, me preguntó cómo afrontaba la vida. Le dije que siguiera con sus sueños. Esto te va a condicionar, pero la vida como te quita también te da. A veces la vida es más difícil, pero también es más fácil. Los problemas puedes afrontarlo de mucho mejor manera. Es una condición como cualquier persona. Es una condición como ser rubio, como ser flaco. Yo no me siento menos por no tener un brazo”, expresó.

“Soy feliz con la vida que tengo, no reclamo nada a nadie. Para mí es una condición, como es ser alto o gordo. Pero fue un proceso. Hubo momentos que pensé por qué a mí, pero al final me di cuenta que pensar eso no me ayudaba en nada, no me sumaba en mi vida. Empecé a ver las cosas bonitas que tenía la discapacidad. Quita por un lado, pero Dios me dio un razonamiento distinto para hacer las cosas con una mano”, agregó.

Por el tiempo que tenía, Almonacid era candidato a medalla en los Juegos Paralímpicos de Tokio. Sin embargo, no pudo lograrlo. Antes del evento, le diagnosticaron un tumor. Arriesgó su vida para competir.

“El tumor estaba apretando mi garganta. En Tokio estaba 50% cerrada, entraba un 50% de aire menos. Yo comencé a sentirlo, que no me dejaba respirar bien, me sentía más cansado en el entrenamiento. Todo eso lo asumí, pero aún así no me arrepiento de nada. Pero fue arriesgado”, comentó.

¿Por qué lo hizo? “Hubo días en que estaba decidido a ir y participar de los Juegos. Otros días decía que no, era arriesgarse mucho. Una de las cosas que infirió fue que le pregunté a la doctora si podía nadar nuevamente al nivel que tenía en ese momento. Me dijo: ‘No lo sé, quizá esta pueda ser la última vez’. Ese fue el punto de inflexión. Al final, la natación no es marca, medallas, la natación es felicidad, lo que haces todos los días, lo que te da ganas de levantarme cada mañana, lo que te prende”, relato

Fuente: Emol

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