Por Pablo Correa, director de Mine Class
Durante años, la capacitación en ha enfrentado desafíos persistentes: programas poco adaptables, contenidos generales y sistemas que no logran responder a las necesidades específicas de cada trabajador. Pero ese escenario está cambiando rápidamente gracias a la inteligencia artificial (IA), que está transformando profundamente la forma en que se diseña y entrega el aprendizaje técnico en distintas industrias, como la minera.
La gran promesa de la IA aplicada a la educación es la personalización a escala. Hoy, ya no se trata de entregar el mismo curso a todos, sino de diseñar experiencias formativas que se ajusten dinámicamente al nivel, ritmo y estilo de cada persona. Hoy, son múltiples las plataformas donde los algoritmos analizan en tiempo real datos como los resultados de evaluaciones, el avance en los módulos y hasta las preferencias de aprendizaje. Esto permite que si un trabajador o trabajadora tiene dificultades en una temática específica, el sistema lo detecte de inmediato y le ofrezca contenido complementario, ejercicios adicionales o una nueva forma de abordar el tema.
Este enfoque genera dos impactos: mejora la motivación de las y los estudiantes, al sentirse más acompañados y comprendidos en su proceso; y, por otro lado, incrementa los resultados concretos de aprendizaje, ya que cada minuto invertido se focaliza en lo que realmente necesita ser reforzado. Es un cambio de paradigma frente a la lógica tradicional del “uno para todos”, que tantas veces nos hace perder tiempo y recursos.
En una industria como la minera, donde un error puede tener consecuencias graves y donde los procesos evolucionan constantemente, contar con herramientas que permitan capacitar de forma precisa y eficiente ya no es un lujo, sino un imperativo. La IA no solo ayuda a enseñar mejor; ayuda a aprender lo que realmente importa.
Pero la tecnología no es un fin en sí mismo. La clave está en poner al usuario en el centro. Porque si bien la IA puede entregar contenidos adaptativos y detectar patrones complejos, el éxito de cualquier programa de formación dependerá siempre de su capacidad para conectar con las personas, responder a sus desafíos concretos y entregar valor real en su día a día.
La personalización del aprendizaje ya no es un ideal. En minería, hoy es una herramienta concreta para formar mejor, más rápido y de forma más pertinente. Y gracias a la IA, está al alcance de todos.
